Las mujeres actualmente estamos amenazadas por la flacidez, una consecuencia de la falta de ejercicio. Una vez que aparece es algo difícil palearla y por eso se recomienda hacer ejercicio, de forma que el músculo consiga estar entrenado y en su tamaño requerido para evitar que la piel se cuelgue por falta de tonicidad.
Todo ejercicio, como andar en bicicleta, caminar, trotar, correr, aunque sea de forma moderada contribuye enormemente a darle a la piel una mejor condición al facilitar la irrigación de la sangre.
Hay que tener en cuenta que el movimiento facilita la circulación y, por lo tanto, mantiene en excelentes condiciones la piel, con lo que se evita la aparición de venitas, várices y celulitis, es importante evitar el estreñimiento, el escaso consumo de agua y en sí la vida sedentaria.
El movimiento ayuda enormemente a que la irrigación sanguínea se facilite, por eso el mover las piernas es esencial para evitar la flaccidez y mantener los músculos tonificados.
Mientras más se camine, mejor, por eso la vida moderna no es un buen aliado de la figura. Los ascensores y escaleras mecánicas facilitan las diligencias cotidianas pero a la larga al evitar realizar ejercicios, los kilitos se van acumulando y justo donde menos las quieres, por otro lado ante la falta de músculo reafirmado, la piel se cuelga peligrosamente, a medida que pasa el tiempo, de forma preocupante la piel se ve como un sobrante que quisieras cortar con tijeras.
Reafirmar los tejidos requiere algunos tips sencillos que puedes realizar, por ejemplo en la bañera después de bañarte con agua tibia o algo caliente, dirige chorro de agua fría, haz movimientos circulares y ascendentes.
Subir escaleras es un ejercicio cardiovascular y tonificante, puedes subir los escalones con las puntas de los pies y conseguir así un excelente ejercicio para las pantorrillas.
Bailar, por lo menos unos cuarenta minutos al día puede ayudar a mantener un tono muscular afinado, aparte que es un buen aliado para bajar de peso.
¿Tú qué haces para combatir la flacidez?