Escrito por Adriana Barroso
Erich Fromm en su libro “El arte de amar” nos muestra la distinción entre el amor inmaduro y el maduro, para ello utiliza la siguiente frase “te quiero porque te necesito o te necesito porque te quiero”. La primera parte: “te quiero porque te necesito” ilustra el amor inmaduro que es propio de la infancia. El niño ama a su madre porque necesita de ella para satisfacer sus necesidades de subsistencia y adaptación a este mundo. A medida que el pequeño crece y se desarrolla, este tipo de amor debería irse tornando en un amor maduro que se resuma en el “te necesito porque te quiero”.
Es triste que algunos padres, inconscientemente, no permitan a sus hijos dejar de necesitarlos por temor a ya no ser queridos y con ello abandonados. Lo sano es dar a nuestros niños las herramientas y los recursos necesarios para que, llegado el momento, ellos sean capaces de usarlos y seguir su propio camino; de tal forma, que si un día regresan lo hagan porque nos aman desde su posición de adulto maduro y no porque nos necesiten por no haberles permitido crecer y haber probado la satisfacción de haber conseguido sus metas y logros. Cuando sobreprotegemos a nuestros hijos y no los dejamos desarrollarse obtenemos adultos que parecen niños perenes porque no llegan a bastarse a sí mismos, y a la larga tendrán que enfrentar la vida por sí mismos pues los padres no son eternos. Ante esta situación este tipo de adulto tenderá a buscar alguien que le solucione sus necesidades y también amará a su pareja desde un amor inmaduro en que necesite y no ame.
Tarde o temprano, por una razón u otra, los adultos habremos de afrontar nuestra existencia y mientras más recursos tengamos y los sepamos usar el camino será menos sinuoso. Estas reflexiones también nos lleva a revisar si nuestras relaciones de pareja s ebasan en el famoso:“si no me quiere por lo menos que me necesite” puesto que estaremos repitiendo el patrón de conducta de los padres que no dejan crecer sus hijos. Lo sano, en cualquier relación es permitir que el otro crezca y se desarrolle.
Las invito a superar el miedo que nace del pensamiento de que al permitir el crecimiento y soltar a las personas, ellas se van de nosotros; por lo general, les aseguro que aquel que vive con alguien que le permite ser libre estará más unido y buscará más su compañía.
Escrito por Adriana Barroso
