Escrito por: Maira Valdés Samayoa
Tal como la tecnología ha ido evolucionando; al mismo tiempo, también las nuevas generaciones han cambiado, ya no son los jóvenes de hoy como lo fueron ustedes, es por eso que a veces es tan difícil entenderlos y que nos entiendan, no se asusten tanto, simplemente se llama adolescencia, edad de la punzada o como mejor le quieran llamar ustedes.
Justo es la época en la que sus hijos parecen ser otros y es cuando se dice “¿qué le está pasando a mi hijo o hija si él o ella era antes tan bueno. Pues lo que está sucediendo es que todos aquellos valores que ustedes les inculcaron desde pequeños y obedecían ahora los empiezan a poner en tela juicio, esto se debe a que están en la búsqueda de su propia identidad; sin embargo, cuando se convierten en adultos que estamos hablando entre los 18 y 20 años ponen en una balanza los valores que ustedes les enseñaron y aquellos que fueron adquiriendo durante este periodo de la adolescencia.
Por otro lado, me gustaría hacerles hincapié en que sus hijos no se rebelan contra ustedes sino solamente contra ciertos métodos, especialmente cuando se tratan de métodos destructivos de disciplina. No se asusten estos métodos los utilizan casi todos los padres del mundo, ya que consideran que es la única forma en la que van a entender; sin embargo, eso no es cierto al contrario, provoca una mayor rebeldía en los adolescentes.
Y pensémoslo de esta forma, la manera en que ustedes educan a sus hijos es como los educaron sus padres y a su vez los abuelos a sus padres. Es decir, estamos hablando de métodos que tienen tres o cuatro generaciones, lo cual se traduce en dos mil años.
Con base en lo anterior podemos dividir a los padres entre categorías:
1. Ganadores
2. Perdedores
3. Osciladores
Los ganadores son aquellos que defienden con energía y justifican persuasivamente su derecho a ejercer autoridad o poder sobre el niño. Creen en restringir, en fijar límites, exigir cierto tipo de conducta, en dar órdenes y en esperar obediencia. Usan amenazas de castigo para obligar al niño a obedecer y castigan cuando no lo hace. El padre gana y el niño pierde. Justifican su triunfo con frases como: “papá sabe lo que te conviene”, “es por tu bien”, “en realidad, los niños quieren autoridad paternal” o sencillamente “es responsabilidad de los padres hacer uso de su autoridad para el bien del niño, porque los padres saben mejor lo que está bien y lo que está mal
Los perdedores permiten a sus niños gran cantidad de libertad la mayor parte del tiempo. Evitan fijar límites y admiten orgullosos que no aprueban métodos autoritarios. Cuando surge el conflicto entre las necesidades del padre y las del niño gana el niño y el padre pierde, porque creen que es dañino frustrar las necesidades del niño
Los osciladores son aquellos padres que encuentran imposible seguir en forma consistente una u otra de las actitudes mencionadas anteriormente. Al tratar de llegar a una mezcla sensata de ambos, oscilan entre ser estrictos o permisivos, duros o fáciles, restrictivos o indulgentes, ganadores o perdedores. Son los padres más confusos y víctimas de la duda, son los que tienen hijos los más perturbados.
Pero y entonces ustedes se preguntarán ¿cuál es el mejor método? Bien, pues lo primero que podríamos hacer es utilizar unos abrepuertas; es decir, son pocas las oportunidades que tenemos cuando un adolescente nos quiere comentar algo y cuando lo hacen tendemos a participar demasiado dándoles la solución o simplemente no darle importancia acordémonos todo aquello que nos interesaba a la edad de sus hijos o simplemente nos quedamos callados. Ninguno de estas dos es lo más adecuada. Dichos abrepuertas se refieren a expresiones como:
• Ya veo
• Oh
• Mm hmmm
• ¿Y qué más?
• Qué interesante
• ¿De verdad?
• No me digas
• No es cierto
• Lo hiciste, ¡wow!
• ¿En serio?
Con lo anterior me refiero a una forma activa de escuchar, cuyas actitudes básicas son:
• Debes desear escuchar lo que el niño tiene que decir
• Debes desear genuinamente ser de ayuda para él para resolver ese problema en particular
• Debes poder aceptar sus sentimientos, cualesquiera que sean o sin importar qué tan diferentes puedan ser de sus propios sentimientos o de los sentimientos que piensas debe tener el niño
• Debes tener una profunda confianza en la capacidad del niño para manejar sus sentimientos, para trabajar en ellos y encontrar soluciones a sus problemas
• Debes estar consciente de que los sentimientos son transitorios no permanentes
• Debes poder ver al niño como alguien aparte de ti: una persona única que ya no está unida a ti, un individuo separado al que le ha dado su propia vida e identidad. Esto te permitirá que el niño tenga sus propios sentimientos, su propia forma de percibir las cosas. Debes estar con él mientras experimenta sus problemas, pero no debes formar parte de él. Este es un método que le ayudará a tu hijo encontrar las soluciones a su propio problema.
Por otro lado, cuando los hijos nacen pensamos que no podemos equivocarnos, en la gran responsabilidad que acabamos de adquirir y eso nos haceLa sinceridad y la apertura facilitan una verdadera relación interpersonal olvidarnos que somos seres humanos con errores humanos; así como nuestros adolescentes tienen sentimientos nosotros también y por eso cuando algo en su actitud nos molesta es necesario comentárselos, es decir, en un “mensaje yo”.
A esto me refiero en decirles cuando uno se siente decepcionado, triste, enojado por alguna razón o situación que no nos agrada. Este tipo de actitud nos lleva a tener menos posibilidades de rebelión o resistencia por parte de ellos. Al mismo tiempo, ayudan a que el niño madure y asuma tanto sus responsabilidades como su propio comportamiento.
Sé de antemano que el revelar cómo uno se siente significa abrirse para que la otra persona lo vea y para muchos padres es más fácil ocultar sus sentimientos bajo un mensaje tú que culpa al chico y así no muestra su humanidad. Pero el chico al recibir mensajes sinceros influyen para que él también nos emita mensajes de la misma forma cuando se acerque a nosotros.
Con esto se puede decir que la sinceridad y la apertura facilitan la intimidad: una verdadera relación interpersonal.
Aunque esto suene lindo no es imposible les quiero decir que obviamente es muy probable que al principio los chicos ignoren el mensaje yo, ya que prefieren no escuchar lo que su comportamiento está ocasionando en los sentimientos de sus padres.
Pero no por eso se den por vencidos, seguramente el segundo “mensaje yo” tendrá más fuerza, intensidad o posea más sentimiento. Es decir, le dice al joven: “oye lo dije en serio”.
Otro punto muy importante es el aprendizaje, en la mayoría de los casos sucede que cuando llegan a esta edad dejan de ser los buenos estudiantes que fueron con anterioridad; pero sólo es cuestión de mostrarles cuál es la mejor forma de estudiar así como crearles un ambiente estimulante para el mismo; sin embargo, así como cada uno de nosotros somos personas individuales e irrepetibles, obviamente tenemos una forma de aprender distinta.
En esta ocasión únicamente dividiré esta forma de aprender en tres rubros importantes que serían:
1. Visuales
2. Auditivas
3. Kinestésicas
Los adolescentes visuales son aquellos cuyo canal de comunicación es la vista; por lo tanto, aprenden mejor cuando leen o ven la información.
Los auditivos son aquellos cuyo canal de comunicación es el oído; por lo tanto, aprenden mejor cuando reciben las explicaciones oralmente y cuando pueden hablar y transmitir esa información a otra persona.
Los kinestésicos se refiere a que su canal de comunicación es el de movimiento; por lo tanto, se comunican con el exterior a través de lo que percibe su sentido del tacto, del gusto y del olfato. Es decir, desean tocar para aprender, “aprenden haciendo” y es justo son los chicos que reciben mayores llamadas de atención por ser tan inquietos y no poder estar sentados durante la clase, ya que el movimiento los satisface.
Para concluir me gustaría comentarles algunos tips que les ayudarán a tener una mejor relación con ellos:
• Que tenga su propio reloj despertador
• Un lugar para mensajes dentro de la casa
• Un calendario personal para que recuerde sus tareas
• Leer las instrucciones de los nuevos aparatos eléctricos junto con él
• Informarle con tiempo que espera invitados, para que sepa cuando limpiar su habitación
• Darle llave de la casa
• Darle dinero mensualmente en vez de semanalmente
• Cuando esté lavando, pon a su disposición todo lo necesario
• Sugiérele que traiga crédito suficiente para hacer una llamada de emergencia
• Pídele los nombres y teléfonos de sus amigos para poder localizarlo si se necesitara
• Dile el trabajo que tiene que hacer cuando hay invitados
• Aliéntalo a que haga una lista personal y un horario para preparar todo lo necesario cuando realicen una salida familiar
• Siempre toca la puerta antes de entrar a su habitación
• Inclúyelo en los planes familiares cuando les afecten
• Lleguen a normas del hogar aceptadas mutuamente acerca de los invitados a la fiesta, con anterioridad a dicha ocasión
Les pido que no olviden que:
ES MÁS IMPORTANTE LO QUE HACEMOS QUE LO QUE DECIMOS
Escrito por: Maira Valdés Samayoa
Terapeuta de aprendizaje