Personalmente, creo que no ser claros acerca de sus reglas, no ser consistentes y estar no mantenerse en comunicación con los hijos adolescentes son los mayores errores que cometen los padres de hoy.
Muchos padres creen que porque sus hijos son inteligentes, porque no se meten en problemas, porque son amables con los adultos, y así sucesivamente, no serán víctimas de los muchos riesgos a los que están expuestos, en particular el mundo de las drogas. Pero el hecho es que cualquier chico puede llegar a sentir la curiosidad por “experimentar” y la experimentación a menudo conduce a la adicción.
Por lo tanto, es necesario tener en claro las reglas. Asegúrate de que tu hijo entiende que el uso de drogas no es aceptable. Tener reglas claras sobre dónde puede ir después de la escuela. Discute las reglas con sus hijos y procura siempre ser coherente con lo que dices y lo que haces. La primera vez que se rompe una regla, debes hacer exactamente lo que dijiste que harías. No les des “otra oportunidad”, ya que se convierte en una más y muy pronto su hijo va a creer que esas reglas son solo sugerencias y no algo para ser tomado en serio.
¿Te dijeron que estaban en la casa de Jaime después de la escuela? Comprobarlo de vez en cuando es buena idea, sobre todo cuando no conoces a la persona con quien está. Llama a los padres de Jaime y averigua si estaban allí y lo que estaban haciendo. Esto no es espionaje - es la maternidad. Poco a poco irás confiando más en tu hijo o hija.
Tómate el tiempo para conocer a los otros adultos en la vida de su hijo. Recuerda que no eres la única que van a estar ahí para darle consejos. Mantente en contacto con los maestros, pues es sabido que los hijos no siempre hablan de lo que ocurre en la escuela. Los maestros no llaman a los padres para cada problema - sólo los grandes.
Los adolescentes podrán encontrar todas las oportunidades para torcer las reglas, y hacerles entender la gravedad de esto es difícil. Así que asegúrate de que tus hijos sepan exactamente qué es lo que esperas de ellos.
Escrito por: Danielle McGaw