Hoy en día, cuando se habla de mantener un equilibrio entre familia y trabajo, la complejidad del tema se vuelve evidente: podemos llegar a sentir que las actividades laborales nos absorben, la familia nos demanda atención y tiempo de calidad, y el día tiene un limitado número de horas. Para abordar esta dicotomía, el primer paso hacia una perspectiva constructiva es comprender que está intrínsecamente vinculada al establecimiento de las prioridades individuales.
Contrario a lo que se podría pensar, balance entre vida personal y carrera profesional no necesariamente implica que se dedique mitad del tiempo a cada una. ManpowerGroup, líder global de servicios y soluciones innovadoras de capital humano por más de 65 años, explica que hay temporadas en que el trabajo exige más tiempo y temporadas en que hay que dedicar más tiempo a la familia; la clave es ir balanceando las actividades conforme a lo que la vida nos demanda en determinadas etapas.
En ocasiones tenemos que dar más peso al trabajo cuando estamos comenzando una carrera, esto puede ayudar a hacernos crecer profesionalmente hasta llegar a un punto en que tomamos una perspectiva diferente. Las prioridades van cambiando conforme cambia la historia de vida de cada persona. Lograr un equilibrio implica también tener tiempo para uno mismo, para la vida espiritual –sea a través de la meditación, el yoga, el ejercicio o cualquier actividad que implique esa relación con el interior- y tiempo para la vida intelectual –leer, estudiar una maestría, un curso, etc. Si se pretende sentir satisfacción a largo plazo, hay que cultivar las distintas dimensiones de la persona que uno es.
En México, el número de hogares biparentales donde la mujer es la jefa de familia se ha al menos duplicado en los últimos 20 años, de acuerdo a cifras del INEGI, esto aunado al aumento proporcional de padres solteros o divorciados que ha generado una mayor participación del hombre en las tareas del hogar y el cuidado de los hijos. Al final, lo importante es que cada quien tenga claro cuáles son sus metas y para lograrlo se requiere de un esfuerzo continuo y un análisis periódico. Distribuir el tiempo no es únicamente dividir horas, es generar una gestión de la propia vida.
Algunas recomendaciones para lograr el equilibrio entre vida personal y trabajo:
Procura no dejar pendientes. Si tuviste un compromiso social o familiar, eso puede implicar trabajar en las noches, sin embargo, la ganancia es que podrás cumplir con ambas partes sin descuidar tus responsabilidades laborales o sentir culpa.
La tendencia de hoy en día es que las mujeres pretendan ser “mujer maravilla” y echarse excesivas cargas sobre los hombros, sin embargo, lo más sano es saber pedir ayuda cuando sea necesario, ser humildes, no querer ser perfectas porque nadie lo es.
Lo más importante es tener claro qué es lo que quieres tú como persona, no puedes saber cuál es el equilibrio que buscas si no sabes cuáles son tus metas o de qué equilibrio estás hablando, al final, se trata de hacer lo que te hace feliz, para algunos eso puede implicar obtener un cargo directivo mientras que para otros puede ser tener una carga más flexible de trabajo y pasar más tiempo en casa.
Fuente: ManpowerGroup
