Una de las mayores causas de infelicidad es el deseo constante de tener el control. Y es que sentir que estamos a cargo, nos da una sensación de seguridad, pero es necesario entender que esto es una ilusión.
Nuestro cerebro está diseñado para buscar la seguridad, es parte de nuestro instinto de supervivencia. Pero el mundo es impredecible y aun las cosas que sentimos más seguras, pueden salirse de control. Así que Loretta G. Breuning, fundadora del Inner Mammal Institute, que busca promover la felicidad desde el funcionamiento de la química cerebral, propone una técnica para ayudar a nuestro cerebro a lidiar mejor con la decepción.
Ella explica que cuando nuestras expectativas no son cumplidas, el cerebro libera cortisol, lo que nos hace sentir inquietos y alerta como si se tratara de una emergencia. Es por ello que necesitamos preparar a nuestro cerebro para la presencia de cortisol a través de la creación de nuevas vías cerebrales. Para ello la estrategia consiste en hacer lo opuesto de lo que normalmente hacemos para sentirnos en control, durante seis semanas.
Si eres perfeccionista, trata de hacer las cosas sin prestar atención a cada detalle. Si tu casa está siempre impecable, deja que se acumule el caos por unos días. Si por el contrario, ese desorden-ordenado es lo tuyo, trata de dejar las cosas en su lugar tan pronto las uses. Compra billetes de lotería, deja de prestarle atención al reloj e intenta dejar de aplicar tus reglas al mundo.
Los primeros días pueden ser sumamente estresantes, lo más probable es que no te sientas a gusto. Pero de eso se trata, de hacer que tu cerebro se acostumbre a la presencia del cortisol y se dé cuenta de que nada es tan grave. Con el paso del tiempo te darás cuenta que el sentirte sin control ya no te mortifica de la misma forma que antes.
Nuestro cerebro se siente bien cuando estamos en control, pero en algunos momentos –más de los que nos gustaría– tenemos que enfrentarnos a cosas fuera de nuestras manos; este ejercicio de seis semanas puede ser muy liberador, pues si bien el cortisol seguirá llegando cada que nos sintamos sin poder, aun podremos sentirnos seguros aunque sepamos que no estamos en control.
Fuente: Psychology Today