Muchas mujeres crecemos con la ilusión de terminar una carrera, formar una linda familia, tener una casa hijos y un buen esposo. Pero la vida nos pone ante situaciones inesperadas y esa vida soñada simplemente no es así.
Imagina que esa vida ideal que creíste que vivirías cambia porque cuando nace tu primer hijo, te dicen que tiene una discapacidad. Todo se viene abajo y tú te sientes muy mal.
Yo he aprendido a vivir con la discapacidad de mi hijo a diario. Ya son 12 años, en los cuales el apoyo mutuo de mi esposo y la ayuda de ambas familias, amigos, doctores, maestras, han hecho la vida un poco mejor.
Pero en México no estamos preparados todavía para respetar a las personas con discapacidad; como las personas que se estacionan frente a una rampa, sin darse cuenta de cuánto perjudican a las personas en silla de ruedas. Es hasta que lo vives que comprendes que lo que para todos resulta muy fácil, como subir un escalón, para otros es un gran logro.
Yo no sabía que hay escuelas llamadas CAM, Centro de Atención Múltiple, en las que los niños con discapacidades pueden cursar su primaria, secundaria e incluso un taller laboral.
Para una madre como yo, festejar el día del niño o el día de la madre, puede ser una mezcla de sentimientos y valoramos día a día los logros de nuestros hijos. Espero generar conciencia junto con más mujeres que viven lo mismo que yo, para que la gente respete la discapacidad de las personas que también sienten y sonríen.
Escrito por: Eva Villanueva Glez