Cuando la creatividad está en su apogeo, se puede experimentar eso que los atletas y actores llaman “el momento blanco”. Todo te sale bien. Tus habilidades se adecuan de manera tan perfecta al desafío, que pareces fundirte con él. Todo se siente armonioso, unificado y carente de esfuerzo.
Ese momento blanco es lo que los psicólogos denominan el fluir. Este estado fue estudiado por Mihalyi Csikszentmilhayi, psicólogo de la Universidad de Chicago. En el estado de fluir, las personas se hayan en su punto más alto. Puede darse en cualquier ámbito de actividad: mientras se pinta, se juega ajedrez, se hace el amor, en cualquier momento. El único requisito es que tus habilidades se adecuen a las exigencias del momento, que desaparezca toda inhibición.
Si tus habilidades para resolver problemas no están a la altura del desafío que enfrentas, experimentas ansiedad; no se dará ese fluir.
Si tus habilidades son demasiado grandes para el desafío inmediato, experimentas lo opuesto: aburrimiento.
Cuando encajan las habilidades y el talento, entonces el fluir tiene más probabilidades de surgir.
¿Qué tanto dejas que fluya tu creatividad?
Fuente: Goleman, Daniel. El espíritu creativo.