Cory Guajardo es la encargada de la Dirección de Talento de WalMart y responsable de asegurar que la compañía cuente con el talento necesario para ejecutar la estrategia del negocio y dar soporte a los planes de expansión. Platica con nosotras de por qué a las mujeres nos cuesta trabajo crecer profesionalmente y nos da algunas recomendaciones para encontrar el balance entre las distintas áreas de nuestra vida.
¿Por qué a las mujeres nos cuesta tanto trabajo alcanzar puestos más altos en lo profesional?
En lo que yo he visto y que hemos estudiado para implementar el concepto de la iniciativa Mujeres 360° en México, hay cinco razones fundamentales por las que las mujeres no se deciden a crecer dentro de la empresa. Primero, la cultura de la organización. Inconscientemente una organización machista, reflejo de la cultura mexicana, en la cual sin darnos cuenta, a través del lenguaje que usamos, los chistes, las actitudes, estamos enviando micromensajes que pueden interferir con la equidad. Segundo, el balance de vida de trabajo. Para muchas mujeres, si no pueden tener ese balance no van a querer crecer en la organización, sobre todo en el momento cuando una mujer se convierte en madre. La tercera es la mentalidad de las mujeres, tenemos muchas creencias que nos limitan. Por ejemplo el que tenemos que ser perfectas en todo: la perfecta mamá, la perfecta esposa, la perfecta profesionista. Es un tema donde de pronto las propias mujeres nunca nos sentimos listas para el siguiente nivel. Otra razón es que hace falta prepararlas en ciertas habilidades para las que no somos buenas naturalmente, por ejemplo la negociación, que no sabemos pedir ayuda, el tema de las relaciones interpersonales, etc.
¿Qué dificultades enfrentan las mujeres que han logrado llegar a niveles más altos?
Es tan difícil llegar allí, que aquellas que lo consiguen, por naturaleza son muy competitivas. Si no lo hubiesen sido no estarían donde están. Entonces, cuando las pones a trabajar juntas, es difícil y hay excesiva rivalidad. Por eso nosotros defendemos mucho el tema de tener liderazgo balanceado. Ese concepto a mí me encanta. Es tener tanto hombres como mujeres, tener lo mejor de ambos mundos y que se equilibren. La clave es el balance y que ambos aprendamos los unos de los otros. Para que haya equidad, lo primero que tenemos que entender es que somos completamente diferentes, los hombres y las mujeres. Tras comprender esto, es cuando las empresas podemos implementar acciones específicas para promover el desarrollo de las mujeres.
¿Cómo encontrar el justo equilibrio entre nuestro desarrollo profesional, nuestro bienestar y el de nuestra familia?
De entrada hay que entender que el crecer implica un costo personal, pues obviamente al crecer hay mayor responsabilidad. Si tú le dedicas al trabajo, a fuerza le restas a algo: a tu salud, a tu familia, a lo que quieras. Si le quieres dedicar a la familia, le tienes que restar al trabajo y hay que pagar el precio de lo que eso pueda significar. Debemos aprender a vivir con eso. Yo creo que finalmente todo tiene un costo y tenemos que estar dispuestas a pagarlo sin necesariamente verlo como un sacrificio. Es importante entenderlo, porque si no, tratas de ser una SuperMujer y es imposible, vamos a morir en el intento. Entonces, lo que nosotros tenemos que hacer es buscar opciones para disminuir ese costo personal, es decir, cuestiones de flexibilidad, como por ejemplo que puedan trabajar desde su casa, que si tienen un bebé podamos darles esquemas distintos. Ayuda mucho saber que hay otras mujeres pasando por lo mismo y que se puede aprender a combinar. Cuando tienes presente el por qué haces las cosas, lo haces con muchísimo gusto y te da mucha satisfacción poder tener un rol exitoso aquí y a la vez estar tranquila con tu familia.
