Escrito por: Merlina Meiler
Algunas consultas que recibo en mi consultorio emocional online están relacionadas con problemas que surgen entre personas demasiado diferentes. Tanto hombres como mujeres suelen formar pareja con personas con las que tienen poco en común, o con objetivos distintos, y que tienen valores y formas de vida que resultan ser irreconciliables.
Cabe distinguir que lógicamente, siempre habrá diferencias enriquecedoras entre los seres humanos, y más aún, entre hombres y mujeres. A las que me refiero son a aquellas demasiado profundas como para permitir un entendimiento cabal y la realización personal, tanto en el plano individual como en el de la pareja.
Por ejemplo, una diferencia que me parece irreconciliable es una mujer que considera esencial progresar en su profesión, que conoce a un hombre que cree que lo mejor es que la mujer se quede en su casa cuidando a los hijos mientras son pequeños (unos diez o quince años, según cuántos hijos tengan).
¡Es tan placentero estar al lado de alguien con quien congeniamos naturalmente, con diferencias no limitantes, que enriquecen la relación! ¿Por qué algunas personas se empecinan en intentar salvar lo insalvable, en especial, en las primeras etapas de una relación? A veces, después de estar en soledad un tiempo o de una pareja fallida, no ponemos los estándares que deberíamos al conocer a un posible candidato (o candidata).
Que alguien, durante el período inicial, parezca la persona ideal para que nos enamoremos no implica que, necesariamente, lo vaya a ser. ¡El noviazgo está para conocerse y decidir, no tiene por qué terminar en casamiento, si eso no nos hará felices!
Es lógico que en los comienzos de una relación, pasemos por alto ciertos detalles indicativos de cómo es una persona, pero con el correr de las semanas y de los meses, es preciso ABRIR BIEN LOS OJOS. A la gente se la conoce con el transcurso del tiempo.
Muchas diferencias irreconciliables que pueden generar desentendimientos, malestar e incluso agresiones, sólo indican que la persona con la que estás no comparte los mismos valores o las mismas creencias que tú. ¡Es tan placentero estar al lado de alguien con quien congeniamos naturalmente, con diferencias no limitantes, que enriquecen la relación! ¡Estas personas existen!
¿Cuál es tu opinión acerca de las diferencias insalvables? ¿Crees que el amor puede salvarlas?
Escrito por: Merlina Meiler
Coach y Master en PNL