Escrito por: Regina Kuri.
Mucho se dice que se aproximan tiempos de cambio y despertar, personalmente lo vengo leyendo desde los 70s, sin embargo hay teorías que indican que el 2012 será decisivo en muchas cuestiones que tienen que ver con la humanidad.
Lo que para mí es cierto es que quién quiere despierta y quien no, pues no. Existe en la India una “bendición de unidad” a la que llaman Diksha y ha demostrado ser, en opinión de muchos escritores y profesores respetados, el catalizador más eficaz del despertar personal y colectivo que se ha conocido.
La bendición de unidad es una simple transmisión, habitualmente dada por “diksha givers” que ponen sus manos sobre la cabeza del receptor durante menos de dos minutos. Esta bendición “diksha” ofrece a nuestra situación colectiva una clave muy particular: el despertar depende en gran medida de la neurología.
Es posible tener todo tipo de comprensiones espirituales y hacer todo tipo de trabajos internos, pero si dichas comprensiones no se sustentan en una actividad neurológica y cerebral equilibrada, no serán duraderas. Suena lógico, de lo contrario el ser humano podría (y lo hace) modificar su comportamiento, pero para que realmente su nueva manera de conducirse le produzca un bienestar genuino, definitivamente sí debe haber cierto cambios en su composición neuronal.
El “diksha” produce cambios en el equilibrio de la actividad cerebral, lo que le permite estabilizar el despertar espontáneamente y sin esfuerzo. Lo que hace que la “bendición de unidad” sea tan especial es que estos mismos cambios del funcionamiento neurológico, así como los cambios asociados en la experiencia subjetiva de la realidad, ocurren en cuestión de minutos en lugar de exigir varias décadas. Además, sus efectos son acumulativos.
Algunos estudios pilotos muestran que incluso con una única bendición de unidad, la actividad de los lóbulos frontales aumenta. En el plazo de una semana estos efectos no se pierden completamente y, con nuevas bendiciones, los cambios cerebrales continúan profundizándose y estabilizándose. Se ha sugerido que cuando la bendición de unidad se administra con la frecuencia suficiente, el cerebro retorna a un estado de equilibrio saludable y se mantiene allí.
Conozco muchas personas tanto diksha givers como receptoras de ésta, y creo que como en todo uno debe de creer para que las cosas tengan su debido efecto. Cuando una persona tiene fe verdadera en un dios, santo, ritual, medicina, programa o lo que sea, el método escogido surtirá el efecto deseado. De ahí a que haya tanto charlatán que comete fraudes y engaños con las personas que de alguna manera buscan desesperadamente una respuesta a su dolor.
El par de veces que he experimentado el diksha, puedo decir que sí me levanto al vuelo por el bienestar colectivo, es un hecho que el diksha giver vibra en una frecuencia más alta que las personas comunes lo cual genera energía y más que nada sinergia entre los receptores. Si has escuchado de alguna reunión donde se dé diksha y por alguna razón nunca le has querido entrar, te recomiendo que lo hagas es una buena experiencia y sólo se te pide abrir tu mente y una contribución opcional.
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