Cada vez se ha extendido más en la sociedad el divorcio y se ha convertido en algo común. Parece que aquel miedo de quedarse solos ha quedado atrás y parejas de todas las edades deciden separarse. En México, después de los jóvenes, las parejas que más se divorcian son aquellas de mayores de 50 años. Este fenómeno se está extendiendo a nivel mundial y se le conoce como “gray divorce”, que se puede traducir como “divorcio gris”
Los hijos crecen y se van, es el ciclo de la vida. En el ciclo de la familia a esta etapa se le conoce como “nido vacío”. Pero este no es el único cambio que se presenta, los padres se jubilan y disponen de mayor tiempo libre. Llega el momento de repensar su vida y en la actualidad, llegada esta etapa, muchas parejas se dan cuenta de que ya no son felices juntos, de que “se perdió la chispa” o que la tensión es tal, que sería mejor vivir separados.
La infidelidad no es un factor importante que explique el aumento en los divorcios en los últimos años. La infidelidad en este grupo de edad es la misma que la población en general. La variable crucial parece tener que ver con una mayor expectativa en su nueva vida. Adicionalmente, aquellos nacidos después de 1946 entraron al matrimonio con una meta que no tenían sus predecesores: autorrealización.
El deseo de autorrealización y casarse para crear felicidad, crecimiento personal, enriquecimiento y aprendizaje es un objetivo legítimo y digno. No hay ningún problema con la autorrealización, siempre y cuando no se vea como algo que debe llegar a nosotros por derecho. La felicidad, como cualquier otro deseo no es algo que viene simplemente porque lo queremos, sino que más bien es una función de la voluntad de asumir la responsabilidad por cumplir lo que deseamos y hacer el esfuerzo para llevarla a cabo.
Si hacemos a nuestra pareja responsable de brindarnos esa realización, lo más probable es que vamos a llegar a sentirnos defraudados y decepcionados, y ellos se sentirán resentidos y cargados. Aunque muchos de estos “divorcios gris” pueden ser necesarios si las personas son realmente incompatibles, otro grupo de ellos podría estar renunciando simplemente porque no tienen la visión necesaria y las herramientas para cultivar su relación en algo que pueda proveer para sus necesidades más profundas.