Escrito por: Evangelina Jiménez
He visitado lugares que han alimentado mi espíritu pero al regresar me doy cuenta que no estoy presente en la cotidianidad, he compartido mi tiempo con personas que parecen complementarme de forma tal que al mirar sus ojos me veo reflejada, sin embargo, cuando se van se llevan ese reflejo, que era sólo eso, un reflejo de mi misma.
He molestado a mi alma por la madrugada para preguntarle si me ha visto, he seguido las falsas pistas de la aparente felicidad con la esperanza de que me conduzca a mí misma, los mapas son inentendibles me canso y los voto. Finalmente percibo que vengo sin instructivo y el hágalo usted mismo no me sale tan bien, al terminar de armarme me quedo con piezas sueltas que ya no tienen lugar en mi ser.
Pues ¿dónde andaré? Tal vez empiece a hacer hojas con mis datos y mi foto para pegarlas por la colonia, me inscribiré en el “cara libro” y el “pajarito” para que los fans de esas redes sociales me localicen como localizan los alcoholímetros, contrataré alguna marca de leche importante para que pongaAunque mi caminar es lento prefiero caminar por el camino correcto que correr por el que no lo es
en sus cajas debajo de mi foto “Se busca” ¿Y si ofrezco recompensa? ¿Cuánto se les hace justo que pague al que me encuentre?
Después del sinuoso y largo camino de la bendita introspección, creo que ya sé, me busco en lugares incorrectos y corro a toda velocidad en su dirección, lo que ando buscando, osea a mí, está justo en el interior, la auto mentira me ha mandado a direcciones equivocadas, somos tan buenos para mentirnos a nosotros mismos, que a veces no sabemos cuál es la verdad y cual no.
Así pues, dejé de recargarme en el confort del momento, me desintoxiqué de la auto mentira, tomé valor y me dirigí al interior, cuando llegué a aquel lugar era una playa virgen en donde hablaban un idioma que no conocía ¿Qué me quedaba? tuve que aprenderlo, hoy sé que es tan basto que jamás lo conoceré todo.
La búsqueda constante de mí misma nunca terminará, en cada encrucijada, en cada nueva oportunidad, en cada relación que inicia, amistad, trabajo distinto, decepción o alegría tendré que enfrentarme de nuevo a la búsqueda, consultar a la persona que está adentro e insistirle cuando no me quiere contestar.
Ahora sé que voy caminando por el camino correcto y aunque mi caminar es lento prefiero caminar por el camino correcto que correr por el que no lo es.
Escrito por: Evangelina Jiménez