Es común que a muchas personas nos guste el cine, ya sea en casa, en autocinema o cine como tal, disfrutamos de una buena película que nos mantenga interesadas y entretenidas. Y lo mejor es que contamos con amplia gama para escoger, con temas muy variados.
Aventura, drama, comedia, infantiles, ciencia ficción, terror, musicales, documentales. Afortunadamente existen muchos géneros, para cada gusto hay. Pero tal vez no nos hemos detenido a pensar en el trasfondo psicológico que tiene el tipo de cine que preferimos.
Las películas nos muestran historias que bien pueden ser el reflejo de la vida real. Y otras veces, todo lo contrario, personajes fuera de lo ordinario, mujeres prominentes, hombres indestructibles y escenarios increíbles.
Y ese es el deleite del cine, trasladarse a la trama y estar pendiente de ésta. Dejamos a un lado las preocupaciones por 2 horas, nos volvemos parte de una guerra inevitable, o del sufrimiento de una princesa, o volamos en el avión del presidente. Este es el encanto del cine, sentarse en un sillón y adentrarse en la trama.
En el mundo del cine todo vale. El objetivo principal es llegar a la mayor cantidad de espectadores, y por supuesto generar más ganancias.