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Asimismo, puedes tomar clases de preparación para el parto y aprender técnicas para controlar el dolor. Las más conocidas son:
- La técnica Lamaze: es el método más utilizado en Estados Unidos. La filosofía Lamaze postula que el parto es un proceso normal, natural y saludable, y que se debe preparar a las mujeres para afrontarlo con confianza. En las clases de Lamaze se instruye a las mujeres sobre las formas de disminuir la percepción del dolor; por ejemplo, a través de técnicas de relajación, la respiración profunda, la distracción o los masajes del acompañante. Este enfoque adopta una postura neutral en lo que se refiere a la medicación para controlar el dolor, incitando a las mujeres a tomar una decisión bien fundada sobre qué es mejor para ellas.
- El método Bradley: también conocido como "parto asistido por el padre", incluye la participación activa del padre del bebé como ayudante. Uno de los principales objetivos de este método consiste en evitar la medicación a menos que sea absolutamente necesaria. El método Bradley también hace hincapié en la alimentación sana y equilibrada, la práctica del ejercicio físico durante el embarazo y las técnicas de relajación y respiración profunda como formas de afrontar el parto. A pesar de que el método Bradley defiende una experiencia de parto exenta de medicación, en las clases también se prepara a los padres para posibles complicaciones o situaciones inesperadas, como una cesárea de urgencia.
A su vez, existen medicamentos que podrían utilizarse durante el trabajo de parto según la situación y la decisión de tu médico:
Analgésicos: Se pueden dar analgésicos, incluyendo la morfina y la meperidina, por vía intravenosa o mediante una inyección que se repite si es necesario. En ambos casos, estos medicamentos actúan de manera sistémica, es decir que afectan a todo el organismo. Aunque no suelen hacer más lento el parto ni afectar las contracciones, pueden provocar efectos secundarios en la madre, incluyendo somnolencia y náuseas.
Tranquilizantes: Estos fármacoLos analgésicos se pueden dar cuando ya están avanzadas las contracciones, pero varias horas antes de cuando se espera que nazca el bebé
s no alivian el dolor, pero pueden ayudar a calmar y relajar a una mujer muy ansiosa. En ocasiones, se usan junto con los analgésicos. Como pueden tener efectos significativos sobre la madre y el bebé, deben usarse con prudencia. Las reacciones de las mujeres varían: algunas experimentan una pérdida del control que les resulta desconcertante, mientras que otras no. En ocasiones, a algunas mujeres les cuesta recordar los detalles del parto.
Anestesia local: Ésta es la opción en la que piensan la mayoría de las mujeres cuando se plantean la posibilidad de medicarse para aliviar el dolor durante el parto. Este tipo de anestesia elimina la sensibilidad en zonas específicas del cuerpo y se puede utilizar tanto en el parto vaginal como en el parto por cesárea.
La anestesia epidural: Es un tipo de anestesia local que proporciona un alivio continuo del dolor del ombligo para abajo, incluyendo las paredes vaginales, durante todo el proceso del parto. Cuando se aplica la anestesia epidural, el anestesiólogo administra el fármaco a través de un catéter fino en forma de tubo que se inserta en la zona lumbar (en el mismo lugar donde se realizan las punciones lumbares). La cantidad de anestesia se puede regular en función de las necesidades de la mujer. Parte de la medicación le llega al bebé, pero se trata de una cantidad mucho menor de la que le llegaría por vía intravenosa o mediante una anestesia general (que seda al bebé, además de a la madre, y se utiliza casi exclusivamente en partos quirúrgicos de urgencia). La anestesia epidural suele darse cuando la mujer ha entrado en el parto activo.
La anestesia epidural tiene algunos inconvenientes: puede dificultar los pujos para expulsar el bebé, así como provocar una disminución de la tensión arterial. También pueden generar picazón, náuseas y dolor de cabeza en la madre. Los riesgos para el bebé son mínimos, pero incluyen el posible sufrimiento fetal causado por la disminución de la tensión arterial de la madre.
Parto natural: algunas mujeres eligen dar a luz sin utilizar ningún tipo de medicación y controlando el dolor mediante técnicas de relajación y respiración profunda.
Fuente: Larissa Hirsch, médico del Hospital pediátrico Alfred I. duPont y del centro Nemours en Denver, Wilmington