Escrito por: Adriana Sánchez M
¿Cuántas veces no hemos estado llorando en nuestro cuarto preguntándonos ¿Por qué a mi? ¿Por qué no solamente puedo ser feliz? ¿Qué realmente me merezco esto o realmente no merezco tener lo que quiero? En fin los reclamos hacia el mundo, la vida e inclusive dios son lo que predomina en esta escena, pasamos de ser las victimas de nuestra propia historia a ser el juez de los actores que en ella participan, y pensamos que sentirnos mejor depende de que tan rápido se acabe el problema. Sin embargo al ser el juez y la victima la emoción que predominará será la culpa, que bailará de mi hacia los demás o hacia la situación y de regreso y… ¿Qué cambio? ¿Realmente hicimos de este momento desagradable que por infortunio del destino nos tocó vivir algo que haya al menos valido la pena vivir porque nos sentimos más libres, más conscientes, más amorosos, o al menos más humildes? La culpa no nos hace más libres, lo que nos da la libertad es responsabilizarnos de nuestros actos, de qué sirve estar enfermo y culparte de todo lo que no hiciste que te provocó esta enfermedad, mejor te invito a responsabilizarte y cuidarte ahora, quizás descubras que antes no te cuidabas tanto porque en el fondo no te creías tan merecedora de amor, y ahora comenzarásResponsabilízate ahora y vive la vida que siempre quisiste, no le dejes a otros tu propia felicidad, escoge ser tú quien decida cuándo y cómo ser feliz
a cuidarte con amor porque sabes que lo mereces. De qué sirve en una ruptura reprocharle al otro todo lo que no hizo durante la relación, porque no mejor le agradeces todo lo que sí hizo y mejor tomas la responsabilidad de lo que tú dejaste de hacer o simplemente nunca hiciste que te llevó a la ruptura, eso sí lo puedes controlar, tu propio aprendizaje depende solo de ti , ¿Quién sabe? A lo mejor después de esto lejos de tener miedo a amar te vas a dar cuenta que amarás con más intensidad porque eres igualmente responsable de que tus relaciones funcionen y harás más y de manera más consciente para que así sea. Comenzarás a darte cuenta que tu creas tu vida a cada segundo, que no hay nada escrito en tu historia que no haya sido escrito con tu tinta, que en todas y cada una de las experiencias de vida que te construyeron has participado para bien o para mal. Entonces, que la gente del tráfico “me ponga de malas” ya no es una excusa “tú te pones de malas porque quieres, porque así quieres ver el mundo, todo lo que ves afuera es un reflejo de lo que llevas dentro, si no te gusta lo que ves…. CAMBIALO…RESPONZABILIZATE AHORA y vive la vida que siempre quisiste, no le dejes a otros tu propia felicidad, escoge ser tú quien decida cuándo y cómo ser feliz.
Las crisis pueden ser la experiencia más traumática y horrible que hayas vivido, pero aún así te toca vivirla, por qué no mejor les das la vuelta y si ya hay que vivirlas de todas formas, por qué no verlas como la experiencia que me brinda la oportunidad de corregir la tacañería emocional hacia mí y hacia los que me rodean, eliminar las creencias sobre el amor y el miedo que ya no me sirven; la falta de valoración de mis propias capacidades y talentos y por ende la poca o nula explotación de ellos, los rencores acumulados en el alma que no nos dejan tomar lo mejor de la vida, nuestra escala de valores y por supuesto las metas personales.
Las crisis nos pueden hacer seres más amorosos y empáticos, pero sobre todo más honestos con nosotros mismos y con los que nos rodean o transformarnos en seres poco abiertos emocionalmente por miedo a sufrir, y a la larga seres que sólo le transmiten frustración a los demás…. Y tú ¿De qué lado quieres estar?
Escrito por: Adriana Sánchez
Psicóloga.