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Escrito por: Chuchi Gonzalez
Todos tenemos sueños. Algunos ostentan una lista innumerable, otros un puñadito, y muchos una colección de “postergables”.
Ten en consideración que a mayor cantidad de sueños; menor es la satisfacción personal que podemos sentir, y que muchos sueños no realizados pueden susurrar inequívocamente que hubo falta de riesgo, o de acción efectiva por parte del soñador o que tal vez, la fortuna estaba mirando hacia otro lado.
Los sueños habitan en nuestras moradas para ser besados, rescatados de la imaginación y devenidos en realidad. Un sueño es todo aquello que me resulta encantador, colma de ilusión y eleva mis endorfinas con tan sólo repasarlo una y otra vez en mi mente.
Es un espacio de posibilidad que se inscribe en mi vida y me predispone a actuar en consecuencia, porque sabemos que la fantasía en sí misma no romperá el hechizo de ser sólo eso.
Para que nuestros sueños adquieran un poder creador y constructivo, para que dejen de ser un locuaz “Ufff, me encantaría”, “Sería muy lindo sí…” “Como me gustaría que…”, debemos condimentarlos con ACCIÓN.
Cuando agrego mecanismo a mi intención empiezo a apoderarme, cierro los ojos y…“Yo quiero….” “Yo quiero…”
¿Qué sucede cuando no surge esa apropiación? Eso que anhelamos quedará sepultado en el cajón de los recuerdos, suspiraremos y en el fondo de nuestros corazones sabremos que no era más que “algo que nos atraía” pero sin demasiadas implicancias.
La trillada frase “ir por los sueños” significa “ponerle acción a lo que deseamos”, sin movimiento todo queda en el mismo estado. Los sueños, se transforman en pensamientos y estos en acciones, y “cuidado con lo que sueñas, se puede volver realidad”
¿Y tú que has hecho hoy por ellos?
Otras de las observaciones en relación a los sueños, es saber si lo que soñamos nos acerca o aleja de lo que queremos para nuestras vidas, a veces obsesionadas nos embarcamos en situaciones que de cumplirse, sólo nos traerán verdaderos dolores de cabeza.
Acaso ¿no te ha sucedido que te has encontrado soñando el sueño de otros, sueños impuestos, heredados o supuestos?. Aún cuando todos ellos florezcan antes tus ojos, de nada servirán, si tú no los generaste desde el fondo de tu corazón.
Los sueños, se transforman en pensamientos y estos en acciones, y “cuidado con lo que sueñas, se puede volver realidad”.
Tus pensamientos mueven el mundo en el que vives, inducen tus estados de ánimo, actos y reflejan tus resultados.
Bob Proctor, maestro de la Ley de la Atracción dice categóricamente “Si lo ves en tu mente, lo tendrás en tu mano”, es una frase provocativa, y hasta tal vez exagerada; muchos dicen al respecto, “Ya me vi” pero no pasa nada y otros tantos recuerdan las catástrofes mundiales y se preguntan ¿cómo funcionó la ley de la atracción así? ; Proctor dirá que tal vez en un punto superficial “lo vemos” pero no de forma genuina. ¡Hay que practicar!
Nuestras mentes están culturalmente entrenadas para pensar en lo negativo, en lo que falta, imbuidas en un contexto de escasez absoluto.
No recibas esta información como mágico, sino como una nueva forma de re-leer la vida que llevamos; con fe o sin fe en la Ley de la Atracción, sabes por experiencia que si te levantas “contenta después de una noche inolvidable” los avatares del diario pasan desapercibidos, pero si vienes de “una noche en la que te han dejado moretones en el alma” hasta el vuelo de una mosca puede desatar una tormenta. ¿Entonces?
Pues ¡Crea más noches inolvidables para tus días!
De todos modos creer y crear, generan lo mismo, un ser que dice YO CREO, y si te aventuras a atraer lo positivo a tu vida, a conectarte con el poder los sueños, de seguro esos sueños que te desvelan por las noches, serán grandes compañeros de viaje.
Escrito por: Chuchi Gonzalez
Coach Ontológico, escritora.
