Una de las razones por las que resulta incómodo ir al dentista es el desagradable sonido de la fresa. Ese sonido chillante es capaz de generar ansiedad e incluso temor hasta en los más valientes. La sola idea de enfrentarse a esta situación es a menudo la causa de un mal cuidado dental: retrasamos la visita al dentista por la incomodidad que nos produce. Sin embargo, nadie dijo que eliminar caries tenía que ser una tortura. Gracias a la tecnología láser, ahora es posible resolver este problema sin dolor, sin anestesia y sin el molesto ruido del taladro.
La palabra láser proviene del acrónimo en inglés Light Amplification by Stimulated Emission of Radiation, esto quiere decir que es son rayos de luz concentrados que se utilizan para diversos propósitos. En años recientes se han visto los beneficios de su aplicación en diversos procedimientos dentales permitiendo un tratamiento más rápido y con menos molestias.
El tratamiento de las caries a través de este método permite la remoción del tejido enfermo en un lapso muy breve. El rayo de luz es dirigido hacia donde se encuentra la caries: el tratamiento distingue el tejido sano, por lo que solo ataca y remueve el daño sin perjudicar el tejido sano. Además, sin la vibración y el calor que produce la fresa, es posible realizar el procedimiento sin necesidad de anestesia en la mayoría de los casos. Algunas de las ventajas de este procedimiento son:
- El diente no se desgasta o sobrecalienta
- El tratamiento es más rápido
- No causa dolor
- En la mayoría de los casos no se requiere anestesia
- Desinfecta la zona tratada lo que evita la reaparición de caries
- Mejora la adherencia de los materiales de restauración
La tecnología avanza y hace nuestra vida más sencilla. La odontología no es la excepción. La remoción de caries es un procedimiento necesario que a menudo se ha evitado o retrasado por el temor al dolor. Ahora es posible recibir un tratamiento más rápido y menos doloroso. El temor al dentista puede quedar atrás.
Escrito por: Elena Pedrozo
