Si tu hijo es de los que hace gestos cuando le sirves sopa de verduras, o tira el brócoli al suelo cuando te volteas, tal vez necesites cambiar de estrategia. Enseñarles a tus hijos a comer sano no tiene por qué ser tan complicado.
Para empezar, debes observarte a ti misma y a los demás miembros de la familia. Los niños aprenden por imitación. Si tú, tu pareja, o alguien importante en la vida del niño, tiene malos hábitos alimenticios, es probable que los copie, pues si los adultos lo hacen es porque está bien.
El poner en el plato comida sana no es suficiente, sobre todo si el paladar de tu hijo no se lleva bien con estos sabores. Obligarlos a comerse todo tampoco es la mejor estrategia, pues lo que generas es aversión hacia la comida sana, y esto podría ser contraproducente en el futuro.
Algunas recomendaciones para enseñarles a tus hijos a comer sano son:
Háblales de nutrición: Es importante que sepan la importancia de comer bien, y cómo hacerlo. Podrías inventar un juego en el que tus hijos cuenten las porciones de cada grupo de alimento que deben consumir al día. El que junte todas las porciones y no se pase en ningún grupo recibirá un premio el fin de semana.
Enséñales a leer las etiquetas: Como mencionamos, los niños aprenden por imitación. Si tú acostumbras leer las etiquetas nutricionales, es probable que ellos adquieran el mismo hábito. Es importante que les expliques cómo interpretarlas para que sepan elegir mejor los alimentos por sí mismos.
Cocina con ellos: Además de enseñarles una nueva habilidad, aprenderán cómo cocinar su comida más saludablemente (menos sal, menos aceite, más verduras). Si además comparten sus obras con el resto de la familia reforzarás el gusto por la cocina sana.
Ponte creativa: Experimenta con nuevos ingredientes hasta encontrar los que más agraden a tus hijos para comer alimentos que no son muy de su agrado. Solamente recuerda que deben ser ingredientes que no añadan demasiadas calorías a la dieta del niño y saludables. Acomoda las verduras o frutas para que se vean divertidas. Combina los colores o córtalas en figuritas.
Al igual que otras formas de aprendizaje, adquirir buenos hábitos alimenticios desde pequeños provee muchos beneficios a los niños, incluyendo seguridad en sí mismos. Desde el aprender a sujetar la cuchara por sí mismo, hasta el preparar sus propias comidas. A los más pequeños se les puede dar a elegir su comida, transmitiéndoles confianza y la capacidad de decidir. En la edad escolar, enseñarle a tu hijo a cocinar mejora su autoestima, sobre todo si el resto de la familia degusta el platillo y lo declara un éxito.
Fuente: Bukisa.com