Para una mujer ejecutiva, una oficinista, una secretaria, una vendedora, una recepcionista, sea cual sea el cargo que desempeñe ante un público específico, la imagen personal habla de ella todo el tiempo, expresa qué tanto se toma en serio su trabajo, y qué grado de estimación tiene sobre sí misma.
Los errores que las ejecutivas o empleadas cometen dentro de una empresa son incontables e innumerables, por ejemplo: la impuntualidad, las promesas sin cumplir, tutear a las personas, las llamadas sin hacer, maquillarse delante de los clientes, masticar chicle, llamar a gritos a sus compañeros, llevar el cabello desorganizado, hablar por teléfono todo el tiempo, etc.
Pero además de estos no errores, existen los errores en su imagen personal y que están a tiempo de remediar. Aquí algunos de ellos:
- Usar las uñas largas, desarregladas o con el esmalte desgastado
- No depilarse las piernas o las axilas
- Usar sandalias con medias
- Usar sandalias con las uñas de los pies desarregladas
- Usar maquillaje recargado, utilizar sombras brillantes o labiales de colores muy oscuros en labios delineados con lápiz diferente al del labial.
- Utilizar gran cantidad de perfume que en lugar de agradar puede alejar a los clientes
- Usar minifaldas acompañadas de blusas con escotes profundos y tacones de plataforma
- Usar ropa demasiado ajustada o demasiado floja
- Usar blusas con transparencias
- Llevar una blusa fina con un pantalón informal
- Recargarse de collares y pulseras de colores chillones
- No utilizar maquillaje, eso desdice mucho de la imagen de una ejecutiva
- Usar todo lo que esté en moda, le quede o no le quede bien a su figura
Recuerden que la elegancia de una persona puede conseguirse, es algo que no se compra ni que viene en el empaque que llegamos al mundo, es con constancia y con respeto a una misma que se logra.
Escrito por: Graciela Parra Chacón