¿Alguna vez te has preguntado por qué algunas materias eran más difíciles que otras? O tal vez tu última capacitación en el trabajo se te hizo más complicada. Es posible que la razón sea tan simple como tu “preferencia de aprendizaje”.
¿Qué es la preferencia de aprendizaje?
Para aprender algo nuevo, absorbemos información de 4 maneras específicas: auditiva (escuchando), visualmente (observando), leyendo y escribiendo o de forma cenestésica (haciendo).
Podemos aprender usando cualquiera de estas cuatro, pero normalmente tenemos una preferencia, la cual nos permite absorber información con mayor facilidad y rapidez que las otras. El conocer la preferencia de aprendizaje de una persona tiene muchas utilidades.
A ti te puede servir para aprender mejor de las clases en las que sientes que no entiendes nada. Si sabes la preferencia de tu hijo le puedes ayudar a encontrar las clases que le aburren más divertidas y que efectivamente aprenda. En el trabajo, conocer la preferencia de tus compañeros o tus empleados te puede ayudar a hacer más eficiente el trabajo en equipo y el dar instrucciones.
Preferencia auditiva
A las personas cuya preferencia de aprendizaje es auditiva, el conocimiento les entra por el oído. Suelen pedir instrucciones o direcciones a otras personas, se expresan con frases como “Te escucho” o “Dime”. Cuando tienen alguna duda o queja con algún producto prefieren llamar al centro de atención a clientes en vez de mandar mails o buscar en Internet una solución. Les gusta mucho la música y hablar con otras personas; incluso hablan consigo mismos o tararean mientras trabajan. Además, son muy buenos para describir objetos o situaciones.
Si esta es tu preferencia, algunas estrategias de aprendizaje que pueden servirte a ti o a tu hijo son:
- Siéntate cerca del expositor, lejos de puertas o ventanas y otras fuentes de ruido.
- Lee en voz alta y repite la información para que se te grabe mejor.
- Procura trabajar en lugares silenciosos o busca un compañero con quién estudiar.
- Si te dan una instrucción, repítesela a la persona para asegurarte de que la entendiste bien.
- Graba las lecciones o los discursos que te interesen para que puedas escucharlos una y otra vez.
Con los más pequeños:
- Repítele las palabras nuevas y pídeles que ellos repitan contigo.
- Cuando le des una instrucción, pídele que te la explique verbalmente.
- Cántale canciones y arrullos. Aprovecha la música para estimular su intelecto.
- Búscale juguetes que tengan muchos sonidos.
- En la escuela, pídele al profesor que los siente al frente.
Preferencia visual
Las personas cuya preferencia es visual aprenden observando su entorno. Son los que siguen diagramas de instrucciones con facilidad, y leen mapas mejor que nadie. Para ubicarse o explicar cómo llegar a un lugar describen lo que hay por ahí (edificios, tiendas, etc.). Les gusta ir a museos o a ver películas, y para viajar hojean cuanto folleto encuentran antes de decidir a dónde. Suelen tener hobbies como la fotografía o la pintura.
Para aprovechar esta preferencia, estas son algunas estrategias:
- Si te dan instrucciones verbales, escríbelas a mano. Subraya con marca textos o colores lo más importante.
- En clase o en junta, evita sentarte cerca de las puertas y las ventanas, pues cualquier objeto o persona que pase podría distraerte. En tu lugar de trabajo mantén las cosas que podrían distraerte (comida, celular, etc.) lejos de tu campo de visión hasta que termines.
- Utiliza diagramas o gráficas para recordar mejor la información.
- Mira a la persona que te está hablando para que mantengas tu atención centrada en lo que te dicen.
Con los niños:
- Míralos fijamente cuando les hables.
- Ponlos a armar rompecabezas y a resolver laberintos. Cualquier juego de mesa con muchos colores les llamará la atención. El Pictionary es una buena opción para estimular su aprendizaje.
- Búscales libros con muchas ilustraciones.
- Para enseñarles palabras nuevas, muéstrales la imagen para que la recuerden con mayor facilidad.
Preferencia de lectura y escritura
Hay gente que aprende mejor por medio de las letras. Suelen ser de los que buscan soluciones en libros, enciclopedias o artículos de Internet. Les gusta leer las instrucciones de los electrodomésticos y otros aparatos antes de usarlo. Prefieren escribir direcciones escritas en lugar de ver un mapa. Son lectores natos que disfrutan esta actividad en silencio. Hacen listas, horarios y presupuestos escritos. En las clases les gusta tomar notas. No son muy buenos hablando a veces, pero son capaces de escribir cartas y otros documentos con facilidad y con mucho detalle.
Para esta preferencia de aprendizaje, estas estrategias funcionan muy bien:
- Toma muchas notas y léelas cuantas veces sea necesario.
- Lee las cosas varias veces.
- Escribe los conceptos nuevos en tus propias palabras para entenderlo mejor.
- Si tienes que trabajar con imágenes, utiliza palabras para describirlas.
Con los hijos:
- Los juegos de palabras como los crucigramas o el Scrabble estimularán mejor su aprendizaje e intelecto.
- Recítale poemas y anímalo a que escriba los suyos.
- Escribe listas de conceptos importantes y utiliza colores para diferenciarlos.
- Cuéntale muchas historias, entre más información o lecciones contengan mejor.
- Mantén los libros, diccionarios y demás textos a su alcance todo el tiempo.
Preferencia cenestésica
Estas personas prefieren poner manos a la obra. Suelen gustar de los deportes o las actividades donde se involucre mucho movimiento, y si no hay tal pierden fácilmente la concentración. Cuando hablan con otras personas les gusta estar cerca y gesticulan mucho. Trabajan muy bien en equipo y son incapaces de quedarse quietos por mucho tiempo. Son los que caminan de un lado a otro cuando no tienen nada que hacer o están esperando. Prefieren demostrar las cosas en lugar de explicarlas y tienen muy buena coordinación motora.
Para aprovechar al máximo esta preferencia, algunas estrategias son:
- Utiliza tu dedo para marcar el punto donde estás leyendo.
- Si estás tratando de memorizar algo, camina mientras lo haces.
- Toma clases que involucren mucha actividad física como danza, fútbol, incluso de cocina.
- Llévate una pelota para el estrés o plastilina para relajarte mientras estás en clase.
- Antes de sentarte a estudiar o trabajar, haz alguna actividad física como salir a caminar o sentadillas.
- Date unos breaks en tu tiempo de estudio para estirarte o pararte un momento.
Con los niños:
- Lee historias cortas y utiliza mucho las manos y el cuerpo para “actuarla”.
- Procura jugar con él escondidillas, “las traes”, etc. Cualquier cosa que lo mantenga en movimiento.
- Sal con él a pasear o al parque seguido. Clases de actuación, danza o deportes también funcionan muy bien.
- Demuéstrales afecto físicamente.
Escrito por: LivingYourBalance