Tomar una historia y hacerla suya, ese fue el trabajo de Ana Terán al escribir el libro No te detengas, una novela basada en la vida de Matha Cristiana.
¿Por qué contar la historia de Martha Cristiana?
Habría muchísimas respuestas, primero que nada porque la historia me intereso mucho. El germen de esta historia fue hace 13, 14 años, no tenía idea del impacto que podría tener mediaticamente, porque Martha Cristiana es conocida, fue modelo, es actriz, directora de cine…
Cuando acepte contar la historia, yo me eche la soga al cuello. Y mi interés es literario. No dudo que haya muchas mujeres, no en el mismo caso de Crista -personaje de No te detengas-, pero que atraviesan circunstancias similares en busca de este estereotipo de belleza que impera en la sociedad de hoy en día.
¿Crista tiene características tuyas?
Evidentemente. Eso lo puede detectar alguien que me conoce muy bien. Tiene mucho que ver con las onduras de la vanidad, ese punto de encuentro entre el personaje Crista y quien soy yo. Todos los escritores de una manera u otra, disfrazada o no, estamos en lo que escribimos.
¿Crees que la búsqueda de la perfección limita nuestra libertad?
Sí, si esa meta que estamos buscando se constriñe a eso nada más, es decir, si tú estás buscando la perfección, como la buscamos todos en el sentido platónico -amor, verdad y belleza-, la perfección no la vamos a alcanzar nunca, pero sí ser mejores en aquello que hayamos elegido en la vida.
Si la meta es buscar la perfección física evidentemente que limita la libertad y esta es la historia de Crista, justamente. Ve cuartada su libertad, cuando en la adolescencia se da cuenta de qué es lo que le ha pasado.
En la vida real ella fue la consentida de su padre, él le dedico buena parte de su vida, pero eso no quiere decir que no le haya impuesto reglas tan rigurosas desde que nació, que ciertamente coartaban la libertad.
¿Hay algo en lo que difieran Martha Cristiana de Crista?
Evidentemente. Es una novela. Hay mucha gente que se refiere al libro de Martha Cristiana, no es el libro de Martha Cristiana. Sin falsa modestia es mi libro. Y es una novela a partir de hechos reales, yo tomo una historia, como cualquier escritor.
Guarda similitudes en la medida que yo fui capaz de delinear un personaje que de alguna manera se acercara a quien es Martha Cristiana. Crista y Martha Cristiana no son la misma. Trate de ser tan fiel como me fue posible. Cada uno de nosotros hacemos un poco de ficción de nuestra propia historia.
¿Qué nos puedes decir de la frase “para contar una verdad hace falta valerse de un montón de mentiras”?
Esta frase es de una escritora española que llama Carmen Martín Gayte, escribió un volumen muy lindo que se llama el Cuento de nunca acabar. En la literatura como en cualquier arte que tenga que ver con la narrativa es muy importante causa-efecto. Una causa te lleva a algo y así lo vas enlazando. Yo tenía que buscar las causas, algunas estaban pero otras no, me las tuve que inventar. Aquí entra la labor del escritor. No es que sean mentiras, se construye un personaje a partir de lo que se aspira de realidad.
¿Cuál es el mensaje que tú quieres que los demás entiendan de tu libro?
No estaba buscando dejar ningún mensaje. Me pareció que la historia merecía la pena ser contada, yo me enamore de ésta. Uno puede enamorarse del personaje de Pablo, sentir compasión y otro odiarlo, como sucede con todos los personajes en la literatura. Entonces no perseguí ningún mensaje. Mi intensión es que tenga un valor literario y que cada lector haga de esta novela su propia lectura.
¿Qué le deja a Ana Terán No te detengas?
Me deja la gran satisfacción de haber escrito una novela.
Fue un reto personal y me dio mucho gusto que se haya publicado. Valió la pena haberme tardado.