Todas las mañanas le sirves a tu hija un delicioso desayuno, pero no le pones leche porque no le gusta. Esto podría ser un problema más allá del capricho, pues ella está en un riesgo mayor de padecer asma al crecer.
El asma es una reacción del cuerpo ante agentes no nocivos, cierra los bronquios dificultando la respiración. En casos más severos, obstruye por completo la inhalación de aire, provocando asfixia. Es más fácil controlarlo cuando se presenta en la edad infantil, pero entre más grande sea la persona, es más complicado y podría depender de un inhalador el resto de su vida.
Las niñas que consumen poca cantidad de leche durante la etapa infantil tienen más riesgo de desarrollar asma en la edad adulta. El riesgo se acentúa si, además, sufren sobrepeso. Así concluye un estudio canadiense, publicado recientemente en "Allergy", realizado sobre más de 700 niñas de ocho a diez años.
En la investigación, hecha en la University of Manitota, se pone de manifiesto que una ingesta pobre de lácteos y el exceso de peso están, cada uno, relacionados con un mayor riesgo de asma entre las niñas, y cuando los dos factores se unen el resultado es peor. Las niñas asmáticas estudiadas eran cuatro veces más propensas que el resto a sufrir sobrepeso y a tomar poca leche, independientemente de la dieta habitual, el ejercicio físico y el nivel sociocultural de los progenitores.
Los investigadores apuntan como posibles causas que los niños que consumen poca cantidad de productos lácteos presentan bajos niveles de vitamina D, sobre todo si viven en regiones con poca exposición de luz solar. Esta vitamina puede afectar el modo en que las células del organismo responden a la hormona estrógeno. Asimismo, se sugiere en algunos estudios que esta hormona está involucrada en la inflamación de las vías aéreas y que influiría en los síntomas de asma en las mujeres. Este efecto, además, estaría incrementado si las niñas padecen sobrepeso ya que sus niveles de estrógeno son, por norma general, mayores que las de las chicas con peso normal.
Escrito por: Montse Arboix
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