Autor: Jesús A. Chacón F.
¿No te alcanza con lo que ganas para vivir bien? ó
¿para vivir con un nivel superior?
¿Tienes alguna incertidumbre con respecto a tu futuro financiero?
¿A veces caes en la desesperanza con respecto al dinero?
¿Llegas a sentir que “vas bien” pero que te está tomando demasiado tiempo llegar?
Si alguno de los puntos anteriores se identificó contigo (o los cinco) y eres de los millones de personas que no tienen todo lo que necesitan para vivir, entonces este artículo te puede interesar.
-“Curva”: es simplemente la línea que se marca a lo largo de diferentes puntos en el tiempo. (Como en una gráfica en la que se compara cuanto vendiste esta semana con las 3 semanas anteriores).
-“Austeridad”: Que se reduce a lo necesario y no incluye lo superficial, decorativo o placentero”.
Un día, hace unos meses, caminando por el metro Chapultepec en la ciudad de México, me descubrí a mi mismo muy molesto e inconforme con mi situación económica. Estaba por subirme a un microbús y lo único que podía pensar a cerca de mí por no tener carro propio o por no poder gastar en un taxi para regresarme a casa, era muy denigrante. Repasaba mentalmente una y otra vez, de manera sumamente rápida, toda mi situación y concluía cada vez que era un perdedor, inevitablemente. Pensaba: “yo debería traer un carro deportivo y miles de pesos en la bolsa o millones en el banco; debería tener una casa propia y lujosa; debería poder comer en restaurantes de lujo y gastar lo que fuera sin tener que fijarme en los precios de las cosas; debería… debería… debería…” Y en ese momento algo mágico sucedió. Súbitamente los “deberías” abrieron paso a una nueva idea, una conclusión o consideración a cerca de mi vida que marcaba (así lo sentía) un nuevo futuro para mí. Algo que aliviaba mucho del dolor por no tener todas las cosas que yo “merecía” tener y que me permitía comenzar desde el punto real en el que me encontraba económicamente.
Esa conclusión fue: ¿Qué he hecho yo para tener todas esas cosas que “debería” tener? ¿Por qué habría de tener todo eso si no he hecho nada efectivo o muy poco para alcanzarlo?”
Esto fue algo realmente fuerte, es decir, me dí cuenta de que la idea de sacarse la lotería para así ser rico es algo que puede destrozarle los sueños y la vida a alguien, ya que lo ponen en una situación de ser efecto, de esperar a que algo suceda en lugar de causarlo. En ese momento pude ver REALMENTE qué estaba haciendo yo en la vida y me dí cuenta que la calidad, la efectividad y la cantidad de trabajo que estaba haciendo eran suficientes para pagar un microbús y nada mas! ¿Por qué habría de tener más? ¿Por qué habría de sentirme mal por ello o frustrado o miserable? Era Yo quien no estaba haciendo lo que se necesitaba para tener más, así que ¿por qué debería de tener más? O ¿Por qué habría de culpar a alguien más por mi situación?
¡Esto es algo de lo más terapéutico que me ha sucedido en la vida! A partir de ese momento sentí que se marcó un momento de cambio real, un parteaguas desde el cual podía comenzar a crecer en verdad. Y fue a partir de ese momento que me inspiré y comencé a escribir “La Curva de la Austeridad”.
Las personas tienden a gastar cuanto centavo cae en sus manos. Esto es una realidad tan fuerte en nuestra sociedad que la mayoría de la gente pasa su vida adquiriendo cosas que consumen el dinero que generan o pagando compras a crédito que ha realizado en su pasado y que lo llevan a un cierto estado de apatía con respecto a la economía. Este estado apático los hace caer aun más en esto de la compra compulsiva, ya que de todas maneras no les va a alcanzar la vida para pagar todo lo que deben o quieren, así que se “alivian” comprando aun más y más cosas que sólo proveen de una felicidad momentánea y que sólo empeoran el panorama económico.
En esta sociedad actual los bancos, tiendas comerciales y otros establecimientos nos tiran prácticamente con oportunidades de comprar “el último grito de lo innecesario” y la mayoría de las personas son tan estúpidas que muerden el anzuelo y se embarcan en ello. Yo siempre me hago una pregunta extremadamente simple (y a mi mujer también cuando quiere “morder el anzuelo”), tan simple que por obvia pasamos por alto:
¿Realmente necesito este producto o servicio?
Y siempre la contesto íntegramente sin inventarme necesidades que son en verdad compulsiones por remediar otros problemas de la vida. Así evito caer en la tentación o aprovecho la oportunidad de satisfacer una necesidad real para el vivir.
Pero que es en concreto esta Curva de la Austeridad? Ahora les explico:
“Cuanto mas gaste una persona en cosas superfluas que no son una inversión en algo que les va a generar ingreso, menor será su capacidad financiera futura: Si quieres ser pobre para siempre, sé “rico” por ahora”
y
“Cuanto menos gaste una persona en cosas superfluas y mientras mas invierta en algo que le va a generar ingreso futuro, mayor será su capacidad financiera: Si quieres ser rico por mucho tiempo, sé “pobre” por ahora”.
Cuando una persona comienza a tener un ingreso y cuando este ingreso aumenta por algún bono en el caso de una persona empleada o por mayores ventas en el caso de alguien que tiene su propio negocio, lo primero que hace, es gastarse el dinero. Mil y un necesidades le surgen de repente y todas ellas se vuelven “indispensables” para la vida.
Así, en lugar de reinvertir esta utilidad extra en cosas que le van a devolver un mayor ingreso, el individuo, tiende a gastárselo en artículos superficiales tales como celulares con cámara, chamarra de piel, el enganche para un carro nuevo, una buena comida en un restaurante de lujo o en algún viaje vacacional. Nada de esto suele ser de primera necesidad y de seguro ninguno de estos artículos le van a devolver dinero, todo lo contrario, le significan una deuda futura que le hacen perder su capacidad financiera y así la Curva de la Austeridad se prolonga algunos años mas.
Esto quiere decir que su austeridad, su falta de capacidad financiera para adquirir todas las cosas que una persona podría necesitar y desear, se va a ver inevitablemente prolongada a lo largo del tiempo, ya que en lugar de reinvertir, la persona gastó poniéndose ella misma en una situación de riesgo presente y futuro.