Un experimento realizado por un investigador de la Universidad de Kansas descubrió que comer comida chatarra no provoca que fallen las dietas para bajar de peso. Según su reporte en Psychology Today, Mark Haub bajó alrededor de 6 kilos comiendo puros pastelitos, papitas y demás golosinas durante 10 semanas.
El objetivo de Haub era, exclusivamente, demostrar que se puede bajar de peso sin importar lo qué se coma mientras la ingesta de calorías sea la adecuada.
No consideró otros factores como los nutrientes o los efectos en la salud a largo plazo, sin embargo, demostró que la prohibición de comidas dulces en las dietas no tiene tanto que ver con que su contenido calórico sabotee el proceso, sino en todos los efectos psicológicos que provoca en los sujetos. Se trata de ser consciente de todo lo que ingieres, incluyendo postres y golosinas, no de que haya comidas “malas” y “buenas”.
Sin embargo, el comer pastelitos y demás golosinas sí se relaciona con el aumento de peso y el fracaso en las dietas por varias razones:
Provoca fluctuaciones de azúcar en el cuerpo. Te llenan de energía en un dos por tres, pero así como sube, baja de pronto (en inglés se dice “crash”), dejándote cansado y con la necesidad de comer algo más para recuperar el nivel anterior. Es ahí donde nos desmedimos y comemos de más.
No sacian el hambre por mucho tiempo. Relacionado con lo anterior, estas comidas no suelen mantener la sensación de saciedad por mucho tiempo. Si te quitas el hambre con un chocolate, volverás a tenerla en una hora y comerás otra cosa. Y así, hasta que ingieras demasiadas calorías.
No contienen suficientes nutrientes. Es sabido que comer comida chatarra no aporta muchos nutrientes, necesarios para el adecuado funcionamiento del cuerpo. Es como poner gasolina de mala calidad a tu auto. Mantiene tu coche funcionando, pero ¿con cuál se conservará en óptimas condiciones por más tiempo?
Escrito por: Nahiely Aquino
