Bienestar

La energía y las enfermedades

Somos energía. Lo que somos, lo que nos rodea y la forma en que interactuamos con el mundo, todo se trata de energía. En ocasiones, hay desbalances y es necesario recuperar el equilibrio antes de que haya consecuencias. A veces las cuestiones externas se manifiestan en nuestro cuerpo o las cuestiones internas tienen un impacto en el entorno. No es fácil controlar esa energía, pero si tenemos un balance podemos mantener la armonía en nuestro entorno.

Las enfermedades son una manifestación física de que algo no está bien con nuestra energía. A menudo las cuestiones emocionales se manifiestan de forma física y todo esto se da porque  nuestro cuerpo necesita hacer que la energía fluya libremente; las emociones negativas, pueden bloquear ese flujo.

La palabra emoción proviene del latín emotionis, un derivado del verbo emovere, que se refiere a movimiento o el impulso. La emoción nos mueve, pero no sólo hacía algo o a una reacción; las emociones son el motor que mueve nuestra energía; nos adaptan a las circunstancias de nuestro entorno, ajustan nuestro organismo y, en ese movimiento de energía, provocan alteraciones para bien o para mal.

Las emociones mal manejadas producen un desequilibrio energético al que llamamos enfermedad. Por supuesto existe un lado físico, atribuible a hábitos y alimentación. Pero el impacto de nuestras emociones es mucho mayor de lo que a menudo pensamos.

Debemos encontrar la armonía entre nuestro pensamiento, nuestro cuerpo y nuestras emociones. A veces puede servir la ayuda externa para lograr ese balance; terapias como el reiki, balance de chakras, la meditación, el feng shui (para lograr esa armonía desde nuestro entorno), yoga o el tai chi. Es necesario aprender a guiar nuestra energía para encontrar en el equilibrio. Las opciones son diversas y debemos encontrar la que mejor se ajuste a nuestras necesidades.

Escrito por: Elena Pedrozo

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