Y también una alternativa para prevenir problemas futuros
Escrito por: Equipo SuperMujer P
regunta: ¿Qué tienen en común las grandes empresas financieras que están en graves problemas? Respuesta: la inmensa mayoría están dirigidas por hombres. Y no es que seamos feministas pero la verdad, las mujeres tenemos capacidades que no son aprovechadas en las empresas ni en otras instituciones. No estamos en la mesa directiva de las grandes corporaciones.
Aunque es cierto que algunas sí abren sus puertas a mujeres y son justamente esas sociedades y esas empresas las que ahora están más sólidas y preparadas para resistir la crisis financiera mundial. Por algo será. No en balde algunos estudiosos piden voltear hacia la mujer para encontrar soluciones de largo plazo ante el problema financiero.
A principios de año, en Davos, Suiza, se llevó a cabo la tradicional conferencia anual sobre la economía en el mundo. Ahí se reúnen personalidades de empresas globales, de los gobiernos y de la academia para discutir sobre el estado que guarda el mundo y para proponer alternativas. Al parecer no hubo un gran consenso. No hubo una propuesta dominante, ni una solución clara. Pero sí hubo un tema que llamó la atención de muchas y muchos: las mujeres como fuerza para salir de la crisis. O para no entrar en ella, pues como ahora se reconoce, las empresas causantes de la crisis “tomaron graves riesgos financieros”. Cómo no va a ser así, si las decisiones las toman en exclusiva machos alfa llenos de testosterona.
Está bien, hay que reconocer que los hombres en buena medida ayudan con el gasto en la casa. Trabajan, ganan dinero y cubren gastos. Pero también es cierto que ellos no son tan buenos para hacer valer el dinero como las amas de casa. Cuando nosotras vamos de compras, no estamos pensando un cálculo racional de cada producto. Pensamos primero en nuestros hijos y lo que es bueno para ellos a largo plazo. Buscamos un balance entre sabor y bienestar para que crezcan sanos y fuertes. Pensamos en la salud de nuestra pareja. En cómo hacer ensaladas que le nutran, que bajen su colesterol y al mismo tiempo sepan ricas. De cómo hacer una cena con los amigos para que se lleven de nuestra casa un buen sabor de boca. Y encima de todo ello, buscamos hacerlo de la manera que rinda mejor cada peso que gastamos. Amor con responsabilidad. Por eso en esta crisis se piensa en nosotras.
La economía muchas veces tiene que ver menos con ecuaciones y cálculos racionales y más con emociones e instintos. Tiene que ver más con la inteligencia emocional que con la racional. Y en este caso, nosotras somos campeonas y por ello somos buenas administradoras. Jack Welch, un exitoso director de la empresa General Electric, solía decir que las decisiones que tomaba no eran fríos cálculos después de analizar números y más números, sino que eran decisiones instintivas. Son las emociones del amor y otros sentimientos los que dominan nuestro quehacer, lo mismo hacia la familia que para la empresa pero también para la economía como un todo. Ahora lo que tenemos es un miedo generalizado donde las personas están perturbadas. Esta reacción si bien entendible tiene efectos nocivos. Todo se congela. Y es donde nosotras entramos para apaciguar los ánimos y mostrar la luz al final del túnel.
La psicología, pues, tiene un peso vital en la economía familiar y social. EnSi bien nos alarma lo inesperado, siempre estamos listas para reaccionar con un arsenal de posibilidades pues estamos capacitadas para hacer varias cosas al mismo tiempo
un discurso memorable durante el tiempo de la gran depresión, el entonces Presidente norteamericano Franklin Roosevelt dijo: “A lo único que debemos tener miedo es al miedo mismo”. Y en efecto, es el miedo paralizante y contagioso el que provoca grandes fracturas económicas. Si no compramos, no se vende y quiebran las empresas. De ahí que el gran factor para crecer es tener confianza. Si pensamos que las cosas saldrán bien, entonces avanzamos, invertimos, compramos, vendemos, crecemos. La confianza es pues el gran valor de la economía. No es el peso, ni el dólar ni la bolsa, ni el oro sino la confianza. La confianza en nosotras mismas, en nuestra familia, en el futuro, en la sociedad, en el mercado.
Coincidentemente las empresas con mayor participación femenina son las que están mejor equipadas para afrontar la crisis. Ello tiene que ver con varios factores. Al incorporar mujeres a la toma de decisiones, las empresas enriquecen sus puntos de vista. Si hubiese puros hombres en las empresas ellos tomarían decisiones más arriesgadas que cuando hay una mezcla balanceada. Las mujeres tenemos otra perspectiva de la vida, otras preocupaciones, otros intereses y ello se refleja en mejores alternativas. Como madres tenemos una obligación más clara de cuidar el futuro del mundo para que así estén mejor nuestros hijos y nietos. Queremos cuidar todo el entorno. Y si bien nos alarma lo inesperado, siempre estamos listas para reaccionar con un arsenal de posibilidades pues estamos capacitadas para hacer varias cosas al mismo tiempo.
En un estudio reciente realizado en Francia por Michel Ferrary, de la escuela de negocios Ceram, se concluyó que aquellas empresas con más mujeres en su administración estaban reaccionando mejor y estaban mejor preparadas ante la crisis. Un ejemplo era el banco BNP Paribas que estaba compuesto por 39 por ciento de mujeres en la gerencia frente al Credit Agricole que tenía sólo 16 por ciento, éste último estaba en mayores problemas, mientras que el primero se considera bastante sólido. Otro ejemplo es el Grameen Bank que ofrece microcréditos. De acuerdo con su fundador y premio nobel de la paz, Muhammed Yunus, “observamos que el dinero que prestábamos a las mujeres tenía un mucho mejor provecho para la familia y la población que el que entregábamos a los hombres. Como resultado, 96 por ciento de nuestros préstamos ahora son para mujeres”. Dicho por ellos.
No podemos asegurar que la crisis la causaron los hombres y que con mujeres no tendríamos problemas. Al final del día los dos géneros son humanos. Pero es cierto que al incorporar la visión de las mujeres en la gerencia de las empresas todos ganamos. Ken Chenault, director de American Express, afirma “Cuando personas con diferentes talentos, perspectivas y antecedentes pueden prosperar en el trabajo, no solo los empleados se benefician en lo individual. También los clientes, los accionistas y los negocios se benefician”.
La importancia del quehacer
No permitas que el desánimo se apodere de ti ni de tu casa. Es cierto que la palabra crisis está en el aire todos los días pero no la hagas tuya. Recuerda que una crisis es también una gran oportunidad para hacer ajustes y crecer aún más. Si por alguna razón tienes problemas, lo mejor es no quedarse lamentando. Párate y resuelve lo que esté en tus manos resolver. Ponte en acción. Arregla la casa, organízate con tus amigas, coordínate con los vecinos, en la escuela, o asiste en un museo de voluntaria. Ayuda a gente más necesitada. Toma cursos. Hay muchas acciones que pueden hacer de ti y de tu familia una vida más placentera sin que te cuesten. Tú sabes cómo.
Escrito por: Equipo SuperMujer