Este dicho bien conocido indica que la práctica constante nos llevará a un mejor desempeño en cualquier habilidad para convertirnos en expertos. Si bien es cierto que el talento y otros factores como el entorno influirán en el desarrollo de nuestras destrezas. La práctica es sin duda un ingrediente clave para mejorar en cualquier campo.
Si queremos aprender o mejorar algo, la mejor forma de hacerlo es la práctica constante. Nuestro cerebro está en constante aprendizaje y la repetición constante se registra en nuestro cerebro generando nuevos aprendizajes y favoreciendo la mejora de nuestras habilidades.
Pensemos por ejemplo en los niños. Para aprender a hablar se les repite una y otra vez cada palabra para que la vincule a los objetos que lo rodean, “taza, perro, mamá”. Les instamos a repetir lo que decimos y es a través de la repetición que consiguen aprenderlo. Cuando se les dificulta alguna materia, se recurre a ejercicios para que practiquen. O cuando intentamos memorizar algo, la repetición constante nos ayuda a grabarlo en nuestra memorio.
La experiencia enseña y no sólo porque se grabe en nuestro cerebro, sino que nos permite corregir los errores. Malcolm Gladwell señala en su libro Outliers, titulado en español Fueras de serie, que para pulir nuestras habilidades y convertirnos en expertos necesitamos acumular 10,000 horas de práctica. (https://supermujer.com.mx/profesion/capacitacion/10-mil-horas-para-alcanzar-el-exito.html)
La práctica nos permite perfeccionar. Sea para aprender un idioma, mejorar en alguna materia escolar o desarrollar alguna habilidad artística, la práctica constante nos permitirá alcanzar un mejor desempeño. Si quieres escribir, dedícate unas horas a la práctica. Si quieres ser bailar, encuentra un momento de tu día o tu semana para practicar y pulir tu arte. Si quieres aprender un idioma, lee libros, escucha tus programas favoritos o tus películas en ese idioma, conversa con alguien más. El punto es que practiques.
Escrito por: Elena Pedrozo