La restricción radical de sal sin consejo médico puede provocar niveles bajos de sodio en sangre
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a sal está compuesta por dos minerales, el sodio y el cloro, ambos con importantes funciones en la regulación de diversos procesos orgánicos. El sodio regula el equilibrio del agua en el organismo y constituye el 90 por cientodel peso total del feto, que oscila entre el 50 y 60 por cientodel peso de la mujer embarazada.Es un elemento tan fundamental que el organismo tiene diseñados sistemas específicos para controlar sus niveles orgánicos, y que estos se mantengan en unos niveles saludables. Es el elemento químico cuyo exceso en los líquidos corporales se asocia a retención de líquidos, edemas e hipertensión arterial.
El metabolismo del sodio se ve alterado durante la gestación, lo que conduce a la aparición de edema, es decir, tiene lugar una retención de líquidos leve. Ésta se da principalmente en las extremidades inferiores a medida que avanza el embarazo, de manera que la hinchazón de las piernas se acentúa durante el último trimestre.
En la mayoría de los casos la retención de los líquidos que se da en las piernas durante el embarazo no es algo patológico y no tiene relación con el sodio. Se debe más bien a la presión del útero en crecimiento sobre las venas que retornan el líquido desde las piernas. No debe confundirse con el edema generalizado y patológico que acompaña a la hipertensión inducida por el embarazo, que será diagnosticada y tratada por el médico.
Salvo indicación médica expresa, la reducción de sal durante el embarazo es una opción personal
En el pasado era común la restricción de la sal para las embarazadas con retención de líquidos. Sin embargo, cuando esta retención es moderada se trata de una consecuencia normal del embarazo y no se debe tratar con dietas bajas en sodio. De hecho, hay estudios que tratan sobre la hiponatremia neonatal, niveles bajos de sodio en sangre, que se ha observado en recién nacidos de mujeres que restringen indebidamente el consumo de sal durante el embarazo.
En una revisión de estudios llevada a cabo por Duley y Cols publicada en la Biblioteca Cochrane Plus sobre los cambios en la ingesta de sal de la dieta para la prevención de la preeclampsia y sus complicaciones, los autores afirman que no hay pruebas concluyentes para recomendar sistemáticamente la reducción de la sal durante el embarazo.
Tras la revisión de toda la bibliografía referente a este asunto, no se obtienen resultados evidentes de que la reducción de sal repercuta en efectos beneficiosos en la prevención o tratamiento de estos trastornos. Por tanto, los investigadores concluyen que el consumo de sal durante el embarazo debe ser una elección personal, salvo indicación médica expresa.
Consejos para no excederse en el consumo
El cuidado en la adición de sal en las comidas, así como la elección preferente de alimentos frescos y naturales, y la reducción del consumo de procesados generalmente más salados son tres consejos saludables para no excederse en el consumo de sal.
- En la mesa no hay que añadir más sal a los alimentos si estos ya están cocinados con sal.
- Utilizar saleros con agujeros pequeños.
- No abusar de productos salados como aperitivos (patatas, aceitunas o frutos secos), salazones, conservas, embutidos o encurtidos.
- Eliminar el líquido de los vegetales enlatados y enjuagarlos con agua.
- No abusar de carnes saladas o ahumadas como la panceta, el tocino.
- Recordar que el ketchup, la mostaza y otras salsas comerciales ya contienen sal en su composición.
- Evitar usar condimentos que contengan sal y sustituirlos por hierbas aromáticas, especias como la pimienta, jugo de limón, ajo fresco o polvo de ajo o de cebolla.
Fuente: Consumer Eroski