Entrevistas

Las mujeres debemos convertirnos en constructoras de la paz: Rosario Robles

rosario-roblesLa Mtra. Rosario Robles Berlanga, ex jefa de gobierno del Distrito Federal, nos habla de las condiciones de inseguridad que afectan a las mujeres y cómo podemos, cada una de nosotras desde nuestro hogar o profesión, hacer una diferencia en el combate a la violencia.

¿Cree que se ha relegado la participación de las mujeres en el tema del combate a la delincuencia?

Se piensa que es un asunto que no nos atañe tanto a las mujeres, cuando en realidad somos las principales afectadas. En la actualidad, las mujeres vivimos inseguras tanto adentro de nuestra casa y fuera de ella. En casa somos víctimas de la violencia intrafamiliar, y fuera somos víctimas de la violencia que viven todos los ciudadanos y en especial la que tiene que ver con nosotras, con nuestro cuerpo. Normalmente cuando se dan este tipo de situaciones, cuando se trata de una mujer, van asociadas a un delito de carácter sexual. Entonces, a pesar de las víctimas no somos tomadas en cuenta en toda la estrategia de seguridad, y no se entiende que mientras no se combata esta violencia, las mujeres no podremos tener verdadera paz en nuestro país.

¿Qué pasa por la mente de una mujer mexicana, madre de familia, tía, hermana o hija cuando prende la televisión y se encuentra con tantas historias de violencia?

Evidentemente nos genera temor, el miedo, la inseguridad y la decisión de recluirnos en nuestras casas. Nos han expropiado nuestras calles, nuestra ciudad, el espacio público. Sobre todo las madres, cuando tenemos hijas, actuamos más con estereotipos; pensamos “mi hija estará en una condición de mayor vulnerabilidad que si se trata de un varón”. Doblemente afectamos a las mujeres por esta condición de inseguridad. Si eres mujer no salgas de noche, no salgas sin acompañante, no te vistas de tal manera, y lamentablemente nos aislamos y dejamos de ejercer este derecho que tenemos a la ciudad, a la convivencia, a la diversión y a disfrutar de nuestras calles. Lo más grave es que aún en nuestras propias casas tampoco hay esa seguridad. El delito que más se comete en este país es la violencia contra las mujeres.

¿De qué manera considera que cualquier mujer puede contribuir para que esta situación vaya mejorando?

Primero ejercer nuestros derechos y saber que somos merecedoras de vivir una vida libre de violencia. Segundo, exigir que se nos tome en cuenta en la definición de todas las estrategias de seguridad, porque no se parte de toda esta visión que tiene que ver con las mujeres. Hay que poner en el centro lo cotidiano, es decir que combatir la violencia hacia las mujeres, también es combatir el otro tipo de violencia. Entender  que las mujeres estamos trabajando y que en consecuencia no podemos estar 24 horas del día cuidando y supervisando a nuestros hijos, y alguien tiene que ayudarnos en esta tarea. Evidentemente son parte de las exigencias que nosotras tenemos que hacerle a nuestras autoridades, locales y federales. Y sobretodo, convertirnos en las constructoras de la paz. Somos siempre las que podemos tender puentes, generar diálogo, escuchar y hacer que otros escuchen, y ese es un gran papel que nos toca ahora a las mujeres.

¿Usted cree que la nueva condición de las mujeres, como madres y trabajadoras, tenga que ver con que los jóvenes cada vez se involucren más en actividades delictivas?

Quien diga eso está totalmente errado. Siempre partimos que la mujer es la única responsable del cuidado de los niños, niñas y jóvenes. Y ya no es así, nosotras ya estamos trabajando, ya no solo cuidamos, también somos proveedoras. Uno de cada cuatro hogares mexicanos tiene como único sostén a una mujer. Ellas necesitan que haya políticas públicas institucionales que le permitan que sus hijos estén bien cuidados. Lo que hoy estamos pagando con sangre es este abandono del Estado de sus niños y niñas, de sus jóvenes. Es responsabilidad de todos, no solo de los padres, y mucho menos es exclusivo de la madre.

¿Qué podemos hacer para quitarnos el miedo o salir de la apatía para hacer una diferencia ante la situación que vivimos?

Lo principal es que entre todos abramos canales de participación, que salgamos a ejercer nuestro derecho a la ciudad, a la calle. Cada milímetro lleno de ciudadanos es un milímetro que le quitamos a la delincuencia. Yo estoy convencida de que el espacio público lo tenemos que rescatar con la gente; no con soldados, sino con ciudadanos. Depende también de nosotros. Creo que las mujeres de hoy tenemos una gran responsabilidad, México nos necesita, nos hemos convertido en el sostén de este país en las últimas décadas y hoy más que nunca tenemos que ser líderezas de nuestro tiempo. Poner en la agenda nacional la solución de todos estos aspectos que tienen que ver con nuestra vida cotidiana. En la solución del día a día está la solución a los grandes problemas. Y para eso tenemos que hablar, nadie lo va a hacer por nosotras. Tenemos que decir, aquí estamos y queremos ser escuchadas.

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