Desde que tengo uso de razón he practicado algún deporte, ya sea por reto, diversión o necesidad siempre me ha gustado hacer algo, moverme y estar activa, salvo una época en la que mi deporte favorito era comer cereal, tomar cerveza y fumar marihuana (entre otras cosas), con su debida consecuencia de tener más de 10 kilos encima y una autoestima por los suelos.
Hace algunos años recuperé el gusto por el ejercicio, empecé con buenas caminatas, practicando pilates y luego me pasé al box. El box es el mejor ejercicio que alguien pueda practicar, aunque requiere de infraestructura que quizá no todos tengan acceso y más que eso requiere de tener un gusto muy profundo por hacerlo. Es decir, el box no es para todos. O te encanta o lo odias.
Debido a circunstancias laborales he tenido que dejar de entrenar box, al menos ya no lo hago con la regularidad que lo hacía antes, y he tenido que diversificar mi actividad a lo que nuevamente me llevó a correr.
Siempre he corrido pero nunca de la manera en la que lo hago ahora, es decir creo que correr jamás había tenido tanto significado y sobre todo tantas ventajas para mí. Correr no le gusta a todo el mundo, pero sin duda es de los deportes más accesibles ya que no cuesta dinero, se puede practicar casi en cualquier parte y sólo se necesitan unos tenis que a la persona le acomoden.
Hay muchísimos libros que explican cuáles son las mejores técnicas, tips de cómo empezar y mantener el ritmo de la respiración, ejercicios de estiramiento y calentamiento y qué tenis comprar. Podemos seguir todos esos consejos antes de empezar pero lo que es infalible es levantarse en la mañana, calarse los tenis y salir a hacerlo. Poco a poco se va adquiriendo técnica y aumento en la resistencia. Desde luego es de tomarse en cuenta el terreno donde se corre, si es grava, pavimento u otro material, empezar de manera suave e ir incrementando la distancia, el tiempo y la intensidad.
Yo soy de la idea que para un deporte como correr, cuando se toman tantas consideraciones antes de empezar uno nunca termina por hacerlo. Caemos (o hablo por mi) en el mañana me levantaré a correr, pero jamás sucede hasta que uno lo hace. Es importante ir sintiendo el cuerpo, asimilar la experiencia, y poco a poco ir adquiriendo cierta técnica para correr mejor. Sin embargo nada como la experiencia personal, sentir que se van rompiendo los límites personales lo que genera que la autoestima suba, además de que físicamente la liberación de endorfinas ayuda muchísimo para el buen humor. Ni qué decir después de algunas semanas de correr 3 o 4 veces por semana a la capacidad de cada quien, cuando por fin se empiezan a notar los cambios favorables en el cuerpo y también por qué no decirlo, algunos achaques que con el tiempo se irán desvaneciendo. Correr ayuda a mantener el peso, a la circulación de la sangre, fortalece el sistema inmunológico y muchísimas ventajas más que ofrece, no sólo correr sino el ejercicio en general, pero lo que más me gusta es que pone de buen humor.
Si uno se siente bien por dentro será inminente verse bien por fuera.
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