Hace algunos años era muy común en Europa ver a las abuelas y abuelos paseando a sus nietos en las plazas, e incluso en los transportes colectivos llevando coches. En nuestro país eso era bastante inusual. Pero recientemente me ha tocado ver en forma cada vez más frecuente a abuelos yendo a buscar a los niños a los, paseando carritos en la calle o siendo ellos la referencia en los colegios por si hay alguna emergencia.
¿Esto es sólo para cubrir una necesidad de los padres que trabajan? ¿Se ha redescubierto la importancia de los abuelos en la formación de los niños?
Yo crecí en una familia extendida con abuelos, tíos y primos, y de verdad creo que ellos tuvieron un rol fundamental en mi formación como persona.
Los niños y las personas sienten en este contexto que tienen una red de apoyo grande y rica con la que comparten desde la ropa con los primos hasta el afecto -a veces tomado como mala crianza de los abuelos- uno aprende que es parte de un grupo social más grande, que la propia familia, lo que ayuda a la integración social más tarde.
Los abuelos quieren a los nietos incondicionalmente, ellos no tienen que educarlos, ni formarlos, pero siempre van a estar ahí, los acogen cuando tienen problemas con los padres y sirven como mediadores con estos. Para los niños ellos son la autoridad máxima; son los padres de sus padres y, por lo tanto, estos tienen que hacerles caso.
Pero también hay que ponerse al otro lado de la moneda y pensar que los nietos no son responsabilidad de los abuelos. Por lo tanto, debemos respetar los espacios de ellos y no exigirles que se hagan cargo de los niños, sino que pedirles si ellos pueden hacernos el favor de ayudarnos en situaciones concretas. Ellos ya criaron, trabajaron y tienen derecho a organizar sus vidas de acuerdo a sus propios proyectos de vida.
Preocuparse de los nietos no es una obligación, es un gusto que nos podemos dar siempre que esto no interrumpa los proyectos de vida de los abuelos y estos respeten los estilos de las familias de sus hijos.
Las relaciones entre personas siempre deben tener como base fundamental el respeto por el otro, por lo tanto nadie debe tomar decisiones que involucre a otros sin respetar sus decisiones. Y eso incluye a los padres y abuelos.
Por: Lidia Garretón