La obesidad es una enfermedad que afecta al ser humano en todas las etapas de la vida. La más importante en la vida de la mujer es el embarazo, y los efectos de la obesidad en este período son de gran trascendencia tanto para la madre como para el bebé.
Hoy sabemos que las complicaciones de la obesidad se deben principalmente a la excesiva cantidad de grasa corporal acumulada, pues el tejido adiposo funciona como un órgano secretor, como si fuera una enorme glándula que produce un gran cantidad de sustancias que provocan un proceso inflamatorio de baja intensidad en el endotelio (la capa que recubre por dentro a las arterias), aumentan el riesgo de desarrollar cáncer, artritis, aumento de las grasas en sangre, entre otras.
Durante el embarazo aumenta la secreción de progesterona, la hormona que prepara al cuerpo de la mujer para la concepción. Esta hormona favorece la acumulación de grasa como una medida de prevención para que la mujer embarazada disponga de energía de reserva y tenga mejores probabilidades de que el embarazo llegue a término.
Cuando la mujer embarazada acumula demasiada grasa se acelera el proceso de aterosclerosis, es decir, el proceso por medio del cual se tapan las arterias con placas de colesterol y aumenta la probabilidad de presentarse hipertensión arterial y cuando esto ocurre (preclampsia o eclampsia) puede ser necesario interrumpir el embarazo tempranamente, con un bebé prematuro que tiene mayor riesgo de tener complicaciones o de no sobrevivir. La madre también puede morir por este problema.
Bebés obesos
Otra complicación frecuente de la obesidad en el embarazo es el aumento de la concentración de glucosa en sangre (diabetes gestacional) que no siempre revierte después del embarazo y la madre puede haberse convertido en diabética para el resto de su vida.
El bebé suele crecer demasiado (macrosomia) al grado de ya no poder nacer por la vía natural, o nacer con gran dificultad y bajo enorme presión, pudiéndose lesionar los hombros o debiendo practicarse una operación cesárea, con los riesgos que esto implica.
Es fundamental mencionar que un bebé macrosómico tiene enormes probabilidades de ser obeso toda su vida. La mujer obesa es más vulnerable a las infecciones postparto y tiene una más lenta recuperación después de una cesárea.
El nene que estuvo nueve meses recibiendo una gran cantidad de azúcar por la sangre de la madre puede presentar un descenso muy brusco de la glucosa en su sangre al momento de nacer (hipoglucemia) por lo que se le debe vigilar muy de cerca en el período neonatal.
Los bebés nacidos de madres obesas también corren riesgo de padecer defectos del tubo neural durante la etapa de desarrollo. Los defectos del tubo neural, tales como: la espina bífida y la anencefalia usualmente son asociados con bajos niveles de ácido fólico durante el tercer trimestre del embarazo. Estos defectos pueden ser detectados frecuentemente en las primeras etapas del embarazo a través de un mapeo realizado con un aparato de ultrasonido. No obstante, las mujeres obesas, por lo general, producen muy pocas ondas de ultrasonido debido a que se les dificulta penetrar las capas adicionales de grasa, la prueba de ultrasonido reproduce imágenes borrosas. Como consecuencia de ello, los defectos del tubo neural no siempre pueden ser detectados en estos bebés.
Várices y estrías son otros problemas de menor impacto en la salud, pero que pueden afectar para siempre a la madre después del embarazo, a veces el impacto psicológico de una piel con grandes estrías en el abdomen afectan la salud mental de las mujeres que dejan de usar bikini y traje de baño para siempre, o que le impiden recuperar una vida sexual plena y satisfactoria con su pareja.
Siga las indicaciones
Si usted es obesa, ponga atención a las siguientes recomendaciones para reducir los riesgos de que usted y su bebé desarrollen problemas de salud.
- Perder Peso Antes de Quedar Embarazada: Si planea quedar embarazada en un futuro cercano, debería dejar que un Médico Bariatra controle su peso periódicamente. Si es obesa, debería considerar perder peso antes de embarazarse. Incluso, el hecho de perder sólo unos pocos kilos de más podrían contribuir radicalmente a reducir los riesgos de padecer complicaciones durante el embarazo.
- Controlar su Aumento de Peso: Nunca debería tratar de perder peso durante el embarazo si no es bajo la vigilancia de un Médico Bariatra. La pérdida de peso o los cambios en su dieta podrían evitar que su bebé obtuviera las suficientes calorías y nutrientes como para crecer y desarrollarse apropiadamente. Debe enfocarse en aumentar de peso con mucha moderación, aumentando la mayor parte del mismo durante el tercer trimestre del embarazo.
- Ejercitarse: Debería continuar ejercitándose durante todo el transcurso de su embarazo. Lo más recomendable es que hable con su Médico Bariatra acerca de los niveles de ejercicio más apropiados para usted en cada etapa del embarazo.
Recuerde, el embarazo es una etapa de máxima importancia en la vida de una mujer. Planee con anticipación su embarazo y asesórese con médicos expertos para que sea un embarazo feliz y exitoso del principio al final. Es el mejor regalo que le puede dar a un hijo y a usted misma.
Escrito por: Dr. Bariatra David Montalvo Castro*
*El Dr. Montalvo es el actual Presidente del Colegio Mexicano de Bariatría AC. Contacto: david@montalvo.as / 55241010 y 55240664