¿A qué niño no le gustan las historias de terror? Yo creo que casi a ninguno. Los peques disfrutan enormemente con relatos, películas, cuentos de misterio, de miedo. Cuando las ven o los escuchan están muy entretenidos; sin embargo, al llegar la noche su fantasía se desborda y tenemos a Drácula encerrado en el clóset o al hombre lobo escondido debajo de la cama, esperando el momento oportuno para hacer de las suyas.
¿Qué hacer cuando ya intentamos por todos los medios demostrar que los fantasmas, monstruos y demás seres de ultratumba sólo viven en los cuentos?
Bien, te sugiero lo siguiente:
Empatiza con tu hijo. Recuerda cuando a ti te daban miedo las mismas cosas. Esto para que entres en sintonía con él/ella y se sienta comprendid@. No lo descalifiques. Pedirle que no sienta miedo es un tanto estéril, es mejor animarlo y ayudarlo a que lo enfrente.
Cuéntale lo que a ti te daba miedo y cómo lo resolviste. Algunas veces los niños piensan que sus papás nunca fueron niños y que nunca sintieron ese miedo.
Llévalo a su cama y dile: (créeme que si funciona. Sólo ten paciencia)
En este cohete (o cualquier medio de transporte que a tu hij@ le guste) vamos a meter a todo lo que le da miedo, asusta, preocupa a (su nombre). A continuación desglosas sus miedos: desde “la Llorona” hasta el maestro de música (por decir algo). Es importante que sean los miedos o las preocupaciones del día y él también puede proponer lo que quiera poner.
Se va a la galaxia más lejana. Y en su lugar llega un cohete lleno de (aquí decimos lo que le gusta al pequeñ@) hadas, animales, perros, etc.
Todos están muy contentos de verte, jugar contigo (narras una pequeña aventura) y ahora después de tantos juegos, carreras, etc., ya tienes mucho sueño, estás tranquil@ y puedes dormir.
Cada persona va adaptando este ejercicio a las características personales de cada niñ@. Con esta actividad ayudamos a nuestros hij@s a expresar sus miedos y a trabajarlos.
También es útil explicarles que, como niños, su fantasía es enorme y que la imaginación es muy hermosa; sin embargo, hay que dirigirla para que no ocasione algunos problemillas como el no querer ir a la cama, estar solo en un cuarto, etc.
Por otra parte, es conveniente hacerlos responsables y decirles que si ellos buscan las historias de terror también deberán afrontar el miedo que después les ocasiona dichas historias.
Si tienes algún comentario, duda o si quieres sugerir algún tema para ser tratado puedes escribirme a la siguiente dirección de correo electrónico: adrianabarrosov@gmail.com
PSICOTERAPIA A TU ALCANCE. 55 30 34 52 48
Escrito por: Adriana Barroso