Escrito por: Adriana Barroso
A veces hacernos esta pregunta es un tanto fuerte. Quizá nuestra primera reacción sería negarlo. Antes que nada veremos que por manipulación se entiende el antiguo arte de lograr que los demás hagan lo que yo quiero. Shostrom quien se ocupó de estudiar la manipulación neurótica, refiere las siguientes características que marcan la conducta del manipulador: engaña a los demás, tiene poca conciencia de su conducta o juego manipulatorio y es cínico.
Agrega por otra parte, que en este juego se exageran las características de dos polos: las del fuerte (agresividad, conducta dominante) y las del débil (sumisión, complacencia). Este autor describe ocho tipos de manipulación neurótica:
-El Dictador: Exagera su fuerza. Da órdenes. Espera admiración y convierte a los demás en sus subordinados. Sus variantes son los que se creen padres o madres superiores, “elegidos”.
-El débil: Es la víctima del dictador. Es masoquista, retraído, pasivo. Sus variaciones son: el preocupón, el perdedor, el confuso.
-El conquistador: se muestra muy competitivo y frío. Enreda a los demás con sus palabras, engaña, intriga y miente. Sus variaciones son el vendedor fraudulento, el chantajista, el calculador.
-El parásito: es dócil y dependiente. Busca ser guiado protegido y hasta engañado.
Sus variantes son el niño eterno (no toma decisiones, no se compromete), la abandonada, la hipocondríaca, la desamparada, la víctima.
-El macho: ejerce su control mediante el sadismo, la intransigencia, la crueldad. Es muy poco amable, humillante, odioso y cínico. Los subtipos para las mujeres son: la mujer fatal, la mujer regañona.
-El buenazo: demuestra un cariño y amor exagerado. Empalaga con su amabilidad. Evita pleitos y no se compromete. Está en busca de gente que lo halague.
-El juez: se muestra como alguien desconfiado, resentido, vengativo. Crítica a los demás pues piensa que son estúpidos los que no tienen su misma opinión, o bien que él es el único ser pensante.
-El protector: exagera su compasión y amor maternal. Solapa todo, fomentado en los demás la falta de crecimiento. Sus variaciones son la mamá gallina, el mártir, cargando con los sufrimientos de los demás.
CadaLa manipulación se puede trabajar mediante la asertividad y la autoafirmación tipo se relaciona con otro del polo opuesto. Uno no subsiste sin el otro. Cuando alguien nos manipula nos sentimos mal, sentimos que hacemos las cosas por compromiso y que realmente nos gustaría decir “no”, pero tememos ser rechazados. Un manipulador no tiene amigos puesto que las personas generalmente les huyen.
Isabelle Nazare-Aga marca en su libro “Los manipuladores” cuarenta conductas de las cuales se deben presentar por lo menos diez para que alguien se pueda considerar un manipulador. Entre estas conductas están las siguientes: culpa a los demás en nombre del amor, de la relación familiar, profesional, etc; no se responsabiliza de sus acciones, habla confusamente, no comunica con claridad sus deseos, necesidades; racionaliza sus demandas, hace creer a los demás que tienen que ser perfectos, desvaloriza con sus críticas, juzga, pone en tela de duda las cualidades de los demás de forma velada, se hace el enfermo, se comunica por medio de mensajes en lugar de tener comunicación directa (cara a cara), es egocéntrico, miente, no soporta la crítica, no toma en cuenta los derechos y necesidades de los demás, actúa de un modo distinto a su discurso, su actuar produce un sentimiento de malestar en el otro, utiliza halagos o da regalos para obtener la conducta que desea del otro.
Es importante destacar que no es lo mismo ser un manipulador a presentar, algunas veces, algunas conductas de manipulación. Si en este momento te has dado cuenta de tener alguna de ellas, te invito a reflexionar: cuándo las haces, con quién, con qué frecuencia, qué ganancias obtienes, cómo te sientes al hacerlo, cuál es tu sentimiento, en este momento, al descubrirlo; o quizá hayas descubierto que has tenido o tienes un manipulador cerca de ti.
La manipulación se puede trabajar mediante la asertividad y la autoafirmación, de esto te platicaré en la siguiente entrega. Mientras tanto, recuerda que aún cuando el camino del autoconocimiento es, algunas veces, difícil, sinuoso y hasta doloroso, tú estás contigo queriéndote, comprendiéndote y todo eso te ayudará a cambiar tus actitudes para mejorar ¡tu vida contigo y con los demás, dándote mucha satisfacción!
Escrito por: Adriana Barroso