Como padres a veces no nos damos cuenta de los mensajes que transmitimos a través de nuestras acciones, olvidamos que nuestros hijos absorben más información de la que creemos y no siempre la comunican verbalmente. La vemos reflejada en acciones que sorprenden y es cuando impresionados nos preguntamos ¿en dónde habrá aprendido eso?
El lenguaje es uno de los tópicos más complejos que acompañan al ser humano, desde lo verbal y no verbal hasta su conceptualización como pensamiento, experiencia, interpretación y traducción.
Los seres humanos comunicamos en todo momento aunque no hablemos, nuestras acciones, lenguaje corporal y el mismo silencio transmite un mensaje a los demás. Aunado a ello, las interpretaciones que se le dan a los mensajes muchas veces transforman la idea original por lo que la complejidad para entenderla aumenta considerablemente. Es como el juego de teléfono descompuesto, al último interlocutor le llega una información que, a veces, hasta da risa por su incoherencia con el mensaje original.
Tomando en cuenta la educación que queramos darles a nuestros hijos hay que reflexionar sobre los mensajes que les estamos dando, que los actos que llevamos a cabo vayan acorde con la meta educativa, valores y hábitos a enseñarles.
Los mensajes contradictorios crean confusión, inseguridad y falta de estructura en los hijos, por ello es importante dar ejemplos claros y coherentes. Además de darles seguridad y transparencia les proveeremos amor.
Ejemplos de mensajes contradictorios:
- No comas comida chatarra. Y nos ven tomando refresco
- No dejes tirados tus juguetes. Pero papá o mamá deja tirada la ropa
- No mientas… pero miente por mi (cuando me llame Juanito por teléfono dile que no estoy)
- Te quiero. Pero no tengo tiempo de jugar contigo
- Ponte a leer. Mientras nosotros estamos viendo la TV
- ¡No me grites! Pero nosotros se lo pedimos gritando
La comunicación ayuda a entablar mejores relaciones, expresar sentimientos y pensamientos, y en nuestros hijos fomenta seguridad al permitirles transmitir sus ideas, las cuales deben ser escuchadas, aceptadas y contenidas. Entendiendo por contenidas (de contener) el respaldo y validez que le da el adulto.
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Psic. Diana Murguía
