Adolescentes

Mi vida con tatuajes y piercings

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Es verdad que los tatuajes y piercings han existido desde siglos atrás, que nuestros antepasados los utilizaban como simbolismo de tribus, características, conductas, ente otros, sin embargo en la actualidad muchos los utilizamos como expresión, decoración, arte en nuestro cuerpo y me agregó a este grupo, porque también tengo algunos de ellos y a continuación les contare como ha sido mi vida con éstos.

 

 

 

Todo empezó a la edad de 14 años con la curiosidad de saber como me vería con un piercing en el ombligo, en esa época, me encontraba en la transición de niña a adolescente; la cual es una época difícil porque quería ser grande pero aun tenia pensamientos y  vida como niña. Pero eso no fue un obstáculo para mí, así que fuimos a Cuernava y encontré la oportunidad y me perforaré el ombligo, pero en unos días se había infectado.

Mis padres se dieron cuenta y hablaron conmigo, sobre el por qué no les había dicho, preguntado, pedido permiso o simplemente comentado mi inquietud; después de una larga platica, finalmente me compraron medicamento para desinfectarlo, pero esa  inquietud seguía así que pasaron unos meses y le pedí a mi mamá que me llevara a perforar, ella accedió y me llevo.  

Una vez con el ombligo perforado llegue a la escuela, en ese entonces era de nuevo ingreso en la preparatoria, mis amigos y amigas (conocidos desde la infancia) lo vieron y me decían que se veía muy padre, mi mejor amiga dos días después se  perforo también.

Tiempo después recuerdo que vi una película en donde unas adolescentes  tenían el ombligo, la lengua y la ceja perforadas, ellas eran las rudas de la escuela, pero al mismo tiempo las más populares, entonces eso captó mi atención y un fin de semana fui y me perfore la lengua, para esta perforación no pedí permiso porque mis padres se había ido a Tlaxcala.

Lo cuide mucho y no se infecto estaba normal y sano, cuando paso el fin de semana llegue a la preparatoria y mis amigos ya decían que estaba muy padre que era la sensación, así que mi amiga también lo quiso y la acompañe a que se perforara.Un mes después cumplí 15 años y mis padres me llevaron a comer entonces mi mamá se dio cuenta que tenia algo en la lengua y me dijo que se la mostrará, me puse muy nerviosa y cuando se lo enseñe se enojo mucho y me dijo que si no me lo quitaba me olvidara de mi celular y salidas.Temí por perder esas cosas y me lo quite, pasaron unos día y el orificio ya se había cerrado.

Tiempo después ya varias chicas de la preparatoria tenían el piercing del ombligo y decidí quitármelo porque me gustaba ser diferente. 

Cuando cumplí 16 años llamó mi atención perforarme la nariz, fui y le dije a mi papá que si me daba permiso y no me dejo, me dijo que en la cara no me hiciera nada, pero no hice caso y me perfore, me pusieron un piercing de gotita de diamante, pequeño. Ese día regrese y se lo enseño y le gusto como se veía o al menos lo convencí.

Termine la preparatoria y no huno una perforación más. Al entrar a la universidad comencé otra etapa de mi vida y me llamarón la atención los tatuajes pero no tenia la decisión firme de hacerlo ya que es un dibujo, símbolo según sea el caso, en la piel que permanecerá de por vida.

Pero con el paso del tiempo lo pensé, así que decidí hacerme un tatuaje, ya que lo considero un arte en el cuerpo y que realmente no afecta a nadie, es verdad que la sangre se contamina, pero este proceso se revierte después de un año y tu sangre vuelve a la normalidad.

Obviamente acudí a un lugar que contará con los requisitos necesarios para poder hacerlo, y realice los cuidados necesarios. A mi padre no le gusto la idea pero al final me dijo” ahora eres adulta y sabes las consecuencias de tus actos”.

Hay que mencionar que no me arrepiento de nada de lo que hice, aunque ceo que podría modificar esta situación de información, es decir , creo que hubiese sido importante preguntarle a mis padres por qué no y su explicación fuera un tanto conveniente y real, de acuerdo a las circunstancias, para que me formara una perspectiva más clara y así no hubiese corrido con el peligro de infección con el primer piercing.

Como consejo a los padres, es importante escuchar y saber comprender las necesidades de cada etapa en nuestras vidas, en este caso cuando entramos a la adolescencia y hablar abiertamente sobre cualquier tema y evitar los tabús.

Ahora tengo 24 años soy pasante de la  Lic. en Ciencias de la Comunicación y Periodismo, me encuentro en proceso de titulación y en seis mese terminare mi tesis y  entre mis actividades me encuentro desempeñando mis practicas profesionales. El hecho que cuente con un piercing o tatuaje no quiere decir que esto afecte mis capacidades motoras, intelectuales, conscientes, profesionales,  ni psicológicas, ya que el conocimiento se adquiere con la experiencia y  mente , más no con la piel o apariencia, sin embargo por ahora no me realizare más.

Debo decir que hay personas a las que no les agradan este tipo de accesorios,  ni practicas, pero ¿quién esta totalmente de acuerdo ante cualquier tema la sociedad en la no encontramos? Creo que hay cosas mucho peores que un simple tatuaje o piercing en nuestro cuerpo.

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