Muchos niños se niegan a aceptar al nuevo papá ante el sentimiento de traición a los padres biológicos
La principal preocupación de los hijos e hijas ante la presencia del padrastro o madrastra (de la nueva pareja de mamá o de papá) es la manera en que esta nueva situación afectará a la relación con el padre o la madre biológica, por lo que es fundamental normalizar la presencia del padrastro (nuevo papá) en casa e insistir a los hijos que en ningún momento sustituirá a la figura biológica. Este tema hay que tratarlo especialmente con gran delicadeza cuando alguno de los padres biológicos ha fallecido, "porque entonces los niños recuerdan les recuerdan más y tienen miedo a olvidarles o traicionarles si demuestran su cariño a la otra persona", señala Sara Raquel Vegas.
"En el caso de fallecimiento del padre o madre biológico el niño necesitará un tiempo para la elaboración del duelo, proceso en el que la figura paterna o materna viva jugará un papel fundamental", matiza Álvaro Cabo. A su entender, "la nueva familia convive con la presencia real o virtual de un ex marido o una ex mujer, y esta figura suele comportar una carga emocional diferente tras el fallecimiento".
"Por el contrario, cuando los progenitores biológicos viven, es importante aclarar que su papel va a seguir siendo el mismo y que la relación no va a cambiar entre padres e hijos, con la salvedad de que ahora hay otra persona que también puede dar afecto al menor e interesarse por él", explica Carlos Ganoso. El mismo que recuerda que cuando se produce un conflicto como consecuencia del divorcio, hay que extremar el Cuando se produce un conflicto como consecuencia del divorcio o separación, es necesario extremar el tacto con los pequeños para no generar mayores conflictos
tacto con los pequeños para no generar mayores conflictos en la constitución de una nueva familia si bien el proceso de constitución de vínculos afectivos entre aquellos que forman la familia reconstituida suele ser siempre lento, puesto que padres, madres, padrastros, madrastras e hijastros necesitan tiempo para adaptarse a las posibles pérdidas y los cambios.
En este proceso, según Cabo, "los niños pueden mostrar sentimientos contradictorios y ambivalencia afectiva entre sus padres biológicos y padrastros, cuando los padres y padrastros no delimitan claramente sus relaciones con ellos, no aceptan adecuadamente la historia anterior o la nueva estructura familiar, o bien cuando utilizan al niño como mensajero o intermediario". Las relaciones entre el padre o madre biológica y el hijo o hija preceden a las relaciones con su padrastro-madrastra y esta situación crea en el menor una serie de conflictos emocionales y de lealtades que deberá resolver con ayuda de los adultos. "Los asuntos inconclusos de la organización familiar anterior recaen sobre la actual y la perturban en su funcionamiento", asevera Cabo. "Se necesita tiempo para salir del pasado, la intensidad de los vínculos afectivos no debe forzarse y cualquier sentimiento requiere tiempo para desarrollarse. Hay que desterrar los mitos irreales. El cariño no surge por obligación, ni de un día para otro y, aunque no exista, puede ser reemplazado por respeto y tolerancia", añade.
Fuente: Consumer.es