El acoso laboral o mobbing es una situación psicológica que padecen algunos empleados, fruto del maltrato y hostigamiento en el ambiente laboral, normalmente ejercido por un jefe o compañeros de trabajo, durante un periodo continuado.
Normalmente no es algo que se dé desde el principio, sino que se produce a raíz de un cambio en las relaciones, lo que suele desconcertar a la víctima. La presión puede ir desde la atribución de tareas difíciles o imposibles de realizar, a una vigilancia extrema para descubrir algún fallo, hasta el insulto, la vejación o la amenaza, tanto en privado como en público. A veces se manifiesta del modo contrario, es decir, haciendo que la persona sea invisible, sin apenas atribuirle trabajo, ni hablarle ni considerar siquiera que existe. Ante todo ello, la persona acosada tiene, sobre todo al principio, una sensación de perplejidad.
Algo que viene a agravar esta situación de acoso laboral es el silencio cómplice del resto de sus compañeros quienes por miedo u otras razones se resisten a denunciar esta situación o a ayudar a la víctima.
Las consecuencias que una persona sometida a mobbing durante mucho tiempo puede padecer suelen variar, sobre todo dependiendo de la personalidad y de la intensidad de la situación. Generalmente desemboca en problemas psicologicos como ansiedad, insomnio o incluso depresión, aunque a veces pueden somatizarse las tensiones y desarrollar problemas físicos de lo más variado, como jaquecas o problemas de estómago. En cualquier caso, si desemboca en una baja médica hay que tener en cuenta que se trata de una enfermedad laboral, por lo que habría que denunciarla como tal y solicitar una indemnización.
¿Quién puede ayudarte?
Los médicos, psiquiatras o psicólogos, tanto si son de la Seguridad Social como si son de una Mutua o de prevención de riesgos, tienen la obligación de denunciar esta situación una vez la enfermedad ha sido diagnosticada de manera que se ponga fin al acoso y la persona acosada pueda reanudar su trabajo con normalidad una vez esté preparada para reincorporarse.
Los responsables de recursos humanos o representantes de los trabajadores deben trabajar para que la situación laboral se normalice, ya sea reestructurando el trabajo, trasladando a la persona afectada o a su acosador o, si fuera necesario, negociando una solución beneficiosa para la víctima en caso de que decidiera finalizar su relación con la empresa.
Según los expertos, en una empresa bien estructurada que preste atención a la organización y a las relaciones laborales, no deberían producirse este tipo de situaciones, aunque lo más recomendables es no dar por hecho ningún tópico y buscar ayuda en cuanto se detecten los primeros indicios de mobbing.