Para emprender, hace falta una mujer. Y es que nosotras tenemos numerosas ventajas sobre los hombres para hacer de un negocio exitoso. Las mujeres ya no somos el apoyo, sino la base del hogar, de la economía y del progreso. Somos líderes, somos jefas, somos cabeza de familia y sin despeinarnos. Aprende a ser una de estas mujeres exitosas e independientes.
Las historias de mujeres exitosas en los negocios son innumerables, y es admirable y grandioso ver cómo además de ser el pilar que sostiene miles de hogares, aún emprenden.
Estas admirables féminas son generadoras de ideas innovadoras, y tienen el empuje suficiente para sacar adelante empresas y familias. Son madres, hijas, esposas y son mujeres inteligentes, jóvenes y profesionales que transforman nuestro entorno.
Su influencia brinda un equilibrio que toda corporación necesita e, indudablemente, el mundo será distinto en la medida que las mujeres emprendedoras sigan participando activamente con sus fortalezas. Te enumeramos las principales características que las distinguen, y que tú puedes perseguir.
Son excelentes negociadoras. Las mujeres tienen una cualidad probablemente derivada de su carisma y su resistencia a ceder fácilmente que las hace buenas negociadoras. No se desaniman con rapidez y, si una alternativa no funciona, tienen la flexibilidad de proponer.
Son trabajadoras incansables. En el hogar y en la oficina, las mujeres parecieran tener una dotación especial de fortaleza que las hace invencibles. Pueden dedicar cualquier cantidad de horas a trabajar incansablemente hasta alcanzar sus objetivos.
Son muy buenas administradoras. Su capacidad de ser realistas, detallistas y minuciosas les hace excepcionalmente capaces a la hora de administrar presupuestos, representando una gran fortaleza que toda empresa necesita.
Son excelentes comunicadoras. Las chicas tienen una tendencia natural a comunicar. Cualidad que aprovechada de forma positiva puede aportar mucho al entorno emprendedor.
Son las mejores vendedoras. Indudablemente, las damas son las mejores vendedoras. Además de que son carismáticas, conversadoras y sensibles, jamás se rinden.
Son más cautelosas. A la hora de tomar decisiones las mujeres tienen una tendencia natural a analizar mejor y más profundamente las circunstancias, ponderando las distintas alternativas. No significa que no asuman riesgos, pero probablemente arriesgan menos, contrario a la tendencia masculina de sobrepasar los límites.
Fuente: 1000ideasdenegocios.com