Te engañó, te mintió, te traicionó, te maltrató y no cumplió con las promesas que una vez hizo en nombre del amor… Pero no pierdas la fe en el amor, sigue creyendo en el amor…Pues el amor no es culpable, fue victima como tú. Se utilizó el nombre del amor para algo que no lo era. El amor no daña, no engaña, sólo busca lo bueno. No dejes de creer en el amor.
A veces el camino de la vida se nos hace muy difícil de llevar tras tener que cargar con un montón de decepciones amorosas que nos llenan de impotencia, tristeza, soledad y melancolía…
Quisiéramos arrancarnos el corazón del pecho para no volver a sentir y no seguir viéndonos como tontas, ¡sí, tontas! porque le entregamos todo nuestro amor a una persona que no lo merecía y que en lugar de amarnos nos humilló, nos lastimó, nos utilizó…
“¿Pero y por qué permití que este hombre hiciera esto conmigo? ¿Por qué no me di cuenta de que él lo único que quería era pasar el rato conmigo? Ya no voy a permitir que nadie me lastime, ya no tengo porque entregarle el corazón a nadie, desde ahora me declaro una desahuciada del amor, es más, ya no creo en el amor.”
¿Se te hacen conocidas estas palabras? ¿Te sientes identificada? ¿Alguna vez has dicho algo parecido?
A veces estar enamoradas nos lleva al más bello sueño que no pasa de ser eso: un sueño que nos lleva más allá de las estrellas y luego nos despierta entre golpes y lágrimas. Abusaron de nuestra confianza, abusaron de nuestras buenas intenciones y nos dejaron envueltas de dolor, nunca pensamos que aquel ser tan especial y consentido por nuestro corazón nos fuera a traicionar de ésa manera y que siguiera mirándonos a los ojos sin el menor remordimiento…
¡Ya no creo en el amor!
Fuimos usadas, pero, y ¿qué culpa tiene el amor en todo este asunto? ¿Por qué vamos a dejar de creer en él? ¿Es que acaso no te das cuenta? El amor también fue usado, en su nombre se hicieron mil promesas que no se cumplieron. El amor también derrama incontables lágrimas porque alguien corrompió sus nobles acciones. El amor también es víctima del engaño y de las afrentas de un ser humano que se disfrazó de él para ocultar sus miserias.
Y si lo miras bien, sabrás que no todo es responsabilidad de aquel ingrato y sus falsas palabras de amor, la responsabilidad también es de nosotras, porque en honor a nuestros sentimientos decidimos dejarnos cegar y no reaccionamos hasta que sentimos el respiro de la muerte en el cuello, hasta que no sentimos nuestro corazón apachurrado y lleno de dolor.
Si nos dañaron, si nos lastimaron, si abusaron de nosotras, no podemos tomar la decisión cobarde de decir que “no creemos en el amor”, nosotras también fuimos artífices de nuestra suerte, basta ya de decir que “todo lo hicimos en nombre del amor”; el amor no nos deja ciegas, el amor nos llena de una clarividencia sorprendente y no nos empuja a la decepción.
El amor nos llena de alegría y altruismo y cualquier cosa que no tenga estas características no puede llamarse amor. Deja de culpabilizar al amor de tus decepciones, el amor es luz de vida que nos llena de calor y bienaventuranzas a cada instante. No entres tú también en el círculo vicioso, no uses al amor, él no lo merece, tú no lo mereces.
Escrito por: Lluvia.