De vez en cuando, nos hacemos la resolución de ahorrar. Ya sea para darnos un gusto –quizás ese viaje que anhelamos– o tal vez para tener un colchón para gastos que puedan surgir. Sea cual sea el caso, no resulta sencillo, pues no faltan los imprevistos que nos hacen romper la alcancía. Si te has encontrado ante la dificultad de lograr un ahorro, quizá debas preguntarte si hay algo que podrías hacer de forma diferente.
El error más común que nos impide ahorrar, es que no tenemos una estructura clara de nuestras finanzas y el dinero se nos va, por eso es importante tener un plan; sin embargo, para empezar a organizarnos es necesario primero saber lo que tenemos. Debemos saber en qué se va el dinero; hacer una lista de los gastos a lo largo del mes es una buena forma de hacer un diagnóstico y empezar a organizarte.
Pregúntate por qué no te alcanza, analiza ¿cuál es la razón que no te deja ahorrar? También es importante identificar las excusas que te estás dando para no lograrlo: “no me alcanza”, “tengo muchas deudas” o un simple “se me olvida”. Cada posible obstáculo, tiene una solución, lo importante es darnos cuenta hasta qué punto son pretextos.
Quizá no ganes suficiente dinero –y necesitarás hacer algo para cambiar eso–, pero es posible empezar con poco ¿qué tal apartar 10 pesos diariamente? O separar primero el porcentaje de tu ahorro en cuanto el dinero llegue a tus manos.
También intenta detectar esos pequeños gastos que, sumados, te pueden retribuir un ahorro. ¿Qué tal el café de las mañanas o la botana del medio día? Busca alternativas. Quizá puedas llevar tu café desde casa en un termo o puedas programarte llevar botanas más saludables que planees con antelación –algo que además de ayudar a tu bolsillo, puede beneficiar a tu salud–.
Establece un presupuesto, salda tus deudas, reduce tus gastos y asegúrate de que sea en aquello esencial. No te decimos que tengas que renunciar a darte tus gustos, sólo que aprendas a utilizar el dinero de forma más inteligente.
Para estimular el ahorro, una buena estrategia es establecerte metas. A menudo nos cuesta trabajo ahorrar porque no tenemos motivación para hacerlo. Preferimos cumplir los caprichos del momento y luego nos quejamos porque no nos alcanza para lo que queremos. Establecer un objetivo te puede ayudar a motivarte en tu ahorro –y también conviene ponerle fecha–. Lo importante es aprender a ser disciplinado y hacernos el hábito.
