Escrito por: Revista SuperMujer
Megan era la secretaria de Donald Draper. Mientras Donald se siente un poco perdido en el trabajo pues se ido su cliente principal, decide hacer un viaje con sus hijos a Disneylandia. Y como tiene que trabajar en Los Angeles pues decide que su secretaria la acompaña y le sirva de niñera. Una cosa sigue a la otra y en un abrir y cerrar de ojos Don Draper decide casarse con Megan. “Lo anuncia como si fuera el primer jefe que se casa con su secretaria”, dice una de sus asistentes al saber del futuro matrimonio.
Así cerró la última temporada de Mad Men, una serie de televisión que recientemente comenzó a transmitirse por canal once en México. Una serie interesante, ganadora de varios premios, que refleja la vida en una oficina de publicidad en Nueva York durante los años sesentas. En la serie se refleja la cultura de la época; fuman sin cesar, antisemitismo, sexistas, machistas, adulterio y demás fenómenos sociales. Entre las cuales se ve el aprovechamiento de la posición del trabajo para obtener sexo.
El noviazgo en el trabajo, el amor en trabajo, es algo tan viejo como la historia. Pero no por ser algo regular deja de ser complicado y muy mal visto por los empleadores. Podemos pensar en al menos tras razones por la que el amor en la oficina es desalentado por el departamento de Recursos Humanos de la compañía:
El amor entre compañeros de trabajo puede construirse a partir de una posición de poder y por lo tanto se vuelve en un abuso, es causa de problemas legales; Un noviazgo en la oficina puede generar que esas dos personas tengan y mantengan secretos de la empresa; pueden causar daño financiero o fraudes; Otra razón es que la productividad se ve afectada y la evaluación de desempeño no será del todo objetiva. Por éstas y otras razones, los empleadores prefieren que el amor no se dé entra compañeros de oficina.
