El tema de los sueños ha sido abordado desde distintas perspectivas y con múltiples interpretaciones. Hay muchas investigaciones y aún conserva ese halo místico. ¿Revelan nuestro verdadero yo? ¿Nos dan señales sobre el futuro? ¿Es una organización aleatoria de nuestro cerebro sin un sentido particular? Son diversas las teorías que se han hecho en torno a por qué soñamos, he aquí algunas.
Uno de los primeros científicos en indagar sobre la función de los sueños fue Sigmund Freud. En su libro La Interpretación de los Sueños, Freud señala que el sueño es una vía al inconsciente que nos permite cumplir deseos. Incluso si se trata de pesadillas, lo que hay detrás es un deseo de obtener una resolución, ya sea de un conflicto o la consumación de un deseo; y de forma simbólica logramos eso que buscamos mediante el sueño y pueden revelarnos deseos ocultos.
Por otro lado, el psiquiatra Jie Zhang propone que los sueños son como una especie de “almacén temporal”, que funciona estemos dormidos o despiertos. Cuando estamos despiertos los impulsos de memoria se contrastan con el entorno; pero al dormir, dado que no hay impulsos externos, el cerebro interpreta esos impulsos de clasificación de recuerdos en forma de las imágenes que tenemos en los sueños.
También hay teorías que sugieren que el sueño podría ser una simulación de nuestro inconsciente, donde el cerebro “finge” estar despierto y se presentan diversos escenarios que nos ayudan a ejercitar la búsqueda de soluciones ante diversas situaciones.
Otra posible explicación la da la teoría del aprendizaje inverso, que dice que los sueños son un mecanismo para olvidar. A través de ellos eliminaríamos todos aquellos pensamientos inútiles que acumulamos a lo largo del día, para liberar espacio a pensamientos más importantes.
Los sueños también podrían estar vinculados a nuestro bienestar emocional. Una investigación reciente dirigida por Mattew Walker, neurólogo de la Universidad de Berkeley, afirma que el sueño tiene funciones reparadoras. Los participantes fueron divididos en dos grupos a los que se mostró imágenes provocativas en dos momentos. Un grupo vio las imágenes con un periodo de sueño intermedio, el otro no. Aquellos que habían dormido procesaron las imágenes con mayor suavidad la segunda vez que fueron expuestos a ellas. Por lo que bien podría estar vinculado al procesamiento de emociones.
El mundo onírico sigue siendo un misterio. Y mientras los científicos afinan su equipo de escaneo cerebral, los adivinos siguen adivinando las señales del futuro transmitidas y algunos psicólogos buscan al verdadero yo de sus pacientes en lo que sus sueños revelan de ellos; nosotros seguiremos soñando y preguntando ¿por qué soñamos lo que soñamos?
Escrito por: Elena Pedrozo