La vida en pareja no es una eterna luna de miel. Los problemas de cada uno, las dificultades en la comunicación o la pérdida del deseo sexual pueden complicar la relación. A pesar de que muchos se quieren, no basta con el amor, aunque sea necesario. La relación de pareja obliga a trabajar su vínculo cada día. Y cuando llegan los conflictos, hay que preguntar y empatizar con la otra parte e intentar compatibilizar las necesidades de ambos, sin olvidar uno de los bálsamos que mejor funciona para mitigarlos: el sentido del humor.
En los últimos años, las separaciones han aumentado, según los expertos, debido a la crisis económica. Muchas parejas preferían seguir unidas y compartir gastos domésticos (como las hipotecas) antes que iniciar una nueva vida por separado. Pero la tendencia es evidente: el vínculo de unión parece cada vez más débil. Antes muchas parejas se veían obligadas a seguir juntas a pesar de que no funcionaban.
Hoy, en cambio, no hay una presión social tan fuerte para mantener una relación que no marcha. Por tanto, ya sea porque han dejado de quererse o porque, aunque hay amor, no hay entendimiento, la posibilidad de romper la unión obliga a las parejas a trabajar su vínculo cada día.
Según una encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), los principales factores en los que se fijan los españoles para elegir pareja son el carácter, el físico y la forma de ver la vida. Y, precisamente, los tres pilares que Arantxa Coca, terapeuta de pareja, considera fundamentales para mantener una relación saludable tienen que ver con los citados factores: "Uno de ellos sería la pasión, es decir, la atracción física y sexual".
Relacionados con el carácter y la forma de ver la vida, los otros dos pilares sobre los que debe sustentarse una unión son "la amistad, basada en la complicidad, el respeto, la admiración y la cooperación; y el compromiso, es decir, el contrato de la relación, los acuerdos a los que se lleguen".
Por: José A. Rodríguez