Nuestro hogar debería ser un lugar seguro y limpio y para ello es conveniente que tengamos en cuenta qué podemos hacer para evitar en lo posible sustancias y actitudes contaminantes. Con algunos pequeños trucos se puede conseguir vivir mejor y cuidar nuestro entorno.
En nuestra propia casa podemos estar expuestos a multitud de contaminantes de varios tipos que ponen en peligro nuestra salud y especialmente la de los más pequeños.
Vamos a revisar algunos de los puntos en los que deberíamos tener cuidado y que no requieren cambios importantes ni grandes desembolsos, pero sí influyen en la calidad de vida de los nuestros:
- Si estamos pensando en pintar, la opción más ecológica y saludable es buscar pinturas libres de plomo. El plomo es un metal pesado muy peligroso para la salud y difícil de eliminar.
- Si las tuberías del agua son antiguas, es probable que sean de plomo. Conviene evitar beber de esa agua, o utilizar filtros.
- Mantener limpios los filtros del aire acondicionado, revisándolos con frecuencia, para evitar alérgenos y polvo que provocan enfermedades respiratorias.
- En los dormitorios, procurar alejar de la cabeza aparatos eléctricos enchufados como radiorelojes, teléfonos móviles o televisiones. Las ondas electromagnéticas que emiten estos aparatos influyen en la calidad del descanso y pueden producir migrañas.
- La contaminación acústica causa problemas en la salud como irritabilidad, nerviosismo, dolor de cabeza e insomnio. Conviene ser conscientes del nivel de ruido que producimos y tratar de rebajarlo al mínimo. Nuestra salud y la de nuestros vecinos lo agradecerán.
Con estos sencillos consejos la calidad de vida de los tuyos se verá mejorada y aportarás tu granito de arena para contribuir a un planeta más limpio y sano.