El cambio puede ser aterrador, la incertidumbre de lo que se avecina y la pérdida que conlleva el cambio –de cualquier tipo– pueden ser abrumadoras para cualquiera. No todos tenemos la misma disposición para aceptar el cambio y mientras que unos se llenan de emoción ante la expectativa de lo nuevo, otros se aferran todo lo que pueden a lo que están dejando atrás.
Saber lidiar con los cambios es necesario, después de todo, es lo único de lo podemos tener certeza; el cambio ocurrirá tarde o temprano. Incluso si los cambios son positivos y deseados, no es raro sentir temor y desequilibrio; sin embargo, es más común que los cambios impuestos generen estas sensaciones negativas.
Sin embargo, ya sea en el ámbito profesional o en la vida diaria, la resistencia al cambio solo hace más difícil la adaptación y el progreso.
Elizabeth Kübler Ross desarrollo un modelo para entender las fases de duelo que atravesamos ante la pérdida de un ser querido, pero se puede trasladar al entorno de cambio; pues a fin de cuentas nuestro mayor temor no es que las cosas cambien, sino la pérdida proveniente de dicho cambio.
- Negación
- Ira
- Negociación
- Depresión
- Aceptación
Cumplir el proceso, aunque no necesariamente todos los pasos, es necesario para superar el duelo y lograr la adaptación a lo nuevo. Pero cuando nos resistimos, comúnmente estamos atorados entre la negación y la ira. Nos desgastamos, cerramos los ojos a la oportunidad y hacemos las cosas difíciles para los demás y especialmente para nosotros mismos.
Existen muchas razones que pueden favorecer la resistencia al cambio; una personalidad cerrada o poco flexible, el temor a lo desconocido, sentirse vulnerable (sin importar que la amenaza sea real o imaginaria), el miedo al fracaso, no querer dejar nuestra zona de confort y la lista puede continuar.
Es necesario hallar las causas de nuestra propia resistencia y determinar los mecanismos que utilizamos para resistirnos. Una vez que hagamos esto, podremos trabajar en nuestra aceptación, a través de una negociación que nos permita ver de qué forma se puede implementar eso que tememos perder en un nuevo entorno. Es conveniente que el cambio sea gradual para que cueste menos trabajo.
Es necesario entender que la estabilidad es una ilusión, el cambio es constante y si no aprendemos a estar abiertos a éste, sufriremos muchos dolores de cabeza.
Escrito por: Elena Pedrozo