La gestación por otra persona va en aumento
Dijo entonces Sarah a Abraham: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abraham al ruego de Sarah. (Génesis 16:2). Fue así como Abraham tuvo un hijo con Hagar, la sierva de Sarah. La gestación por otra persona, es tan antigua que no sólo se menciona varias veces en la Biblia sino que la contemplaba, ya desde antes, uno de los primeros ordenamientos legales de que se tiene registro, el código de Hammurabí (1700 a.c.). Pero es una práctica que va en aumento debido en buena parte a los avances recientes de la medicina. En especial la técnica conocida como Fertilización in Vitro.
El año pasado en Brasil, una mujer de 51 años dio a luz a sus propios nietos. Su hija de 27 años no podía tener hijos por lo que su doctor le sugirió buscar una madre sustituta. Claudia y su esposo Rosinete Serrao son los padres biológicos de los gemelos gracias a la Fertilización in Vitro del ovocito de ella y el esperma de él, cuyo producto fue posteriormente implantado en el útero de la abuela. Durante nueve meses, la abuela fue quien gestó a sus nietos. Un raro, pero legal caso pues en Brasil sólo se permite la subrogación cuando se lleva a cabo entre familiares y no hay pago alguno de por medio.
La subrogación se debe a que alguna de las dos partes de la pareja no puede concebir pero desean construir una familia. Las parejas infértiles padecen de recriminación, culpa, estrés, enojo, agresión, aislamiento social y en no pocos casos acaban en ruptura. De ahí que el deseo de procrear haya encontrado en los avances médicos alternativas sólidas y confiables. La opción de gestación por otra persona o subrogación gestante se ha ido extendiendo en varios países pero no en todos. En Francia, Italia y España está expresamente prohibida. En Gran Bretaña, Bélgica, Ecuador y Brasil está permitida bajo ciertas condiciones.
En algunos países como la India o en algunos estados de la Unión Americana, se permite la subrogación comercial. Un caso célebre es el de “Baby M”. En 1986, la pareja Stern contrató los servicios comerciales de subrogación con la Sra. Whitehead. Días después de nacida la bebé, la portadora deshizo el trato y alegó que por ser la mamá biológica, ella se quedaría con su bebé. Al final, un juez otorgó la paternidad y maternidad a la pareja Stern, bajo el principio jurídico de que fueron ellos quienes tenían la primera intención de ser los padres de la criatura. Desde entonces se procura que el ovocito no sea de la madre gestante.
Legislación mexicana
En México existe legislación al respecto en el estado de Tabasco y algunos avances en el Distrito Federal. De acuerdo con Dina Rodríguez López del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, el alquiler del útero o cualquier transacción comercial con el cuerpo humano está expresamente prohibido por el artículo 327 de la Ley General de Salud. La investigadora propone que en México sólo sea legal la gestación por otra persona cuando la subrogación sea de forma altruista y cuando la madre imposibilitada de gestación sea en realidad la madre genética.
