Escrito por: María Barcelona
V
eía con atención el programa en la tele. Era un reportaje de CBS. Empezaba con unas suaves, acaso melancólicas, notas de piano. En la pantalla se veían fotos de una especie de conejo. “En un cuarto trasero del zoológico de Oregón, el personal guardaba un silencio solemne, casi reverente, mientras traían a Brim a una sesión fotográfica sobre especies en peligro de extinción. Ella era una de dos hembras de tipo Conejo Pigmeo de Columbia que restaban en todo el planeta. Y como ambas eran hembras esta era una ocasión solemne. No se movía mucho. Ni siquiera tenía miedo. Casi estaba ciega, la faltaba media oreja y su pelaje cayéndose, Brim parecía haberse rendido. Meses después, ella falleció”.No cabe duda que estamos viviendo tiempos muy graves. A diario se están extinguiendo especie tras especie. Ya solo queda un centenar de Lobo Gris Mexicano y otro tanto similar del bello Ocelote. La depredación de bosques, mares y animales por parte del hombre tiene ya un costo elevadísimo. Donde había hielo ahora tenemos tierra inhóspita. Ahí los osos polares, ante el cambio de hábitat exhiben conductas absurdas en busca de su manutención.
Cuando no estamos ante una nueva cepa de virus de influenza nos encontramos que el agua está escaseando o que la inseguridad en las calles es cada vez mayor. Ante tantos desequilibrios y amenazas es hora de que las mujeres tomemos un papel de protagonistas. Recuerdo durante la pasada marcha contra la inseguridad en el Distrito Federal, éramos muchísimas más mujeres que hombres.
Quizá porque somos madres y portadoras de la vida es que estamos mucho másEs hora de pensar como mujeres y mamás para cambiar el pensamiento negativo y traer esperanza de un mañana mejor
inquietas por lo que está sucediendo en nuestro planeta. Las mujeres tenemos mucha mayor conciencia ecológica. Tengo amigas verdaderamente comprometidas con reducir la basura que emitimos y con reciclar. No quiero hacer una guerra de sexos pero los hombres no fueron ni han sido tan solidarias como nosotras. Es por eso que estamos obligadas a tomar acciones decisivas para revertir tantas amenazas.
Las mujeres poseemos virtudes que fueron olvidadas durante siglos pero que ahora estamos obligas a poner en marcha para rescatar este mundo y dejar algo mejor para nuestros hijos y sus hijos. Tenemos que generar empatía hacia la madre naturaleza. A nosotras nos encanta estar bellas, tener nuestra casa bonita, pues debemos hacer lo mismo por nuestras ciudades ya que está comprobado que al embellecer nuestro hábitat la inseguridad baja. Tenemos demasiado polución visual. Las mujeres sabemos hacer más con menos, pues es hora de cuidar al máximo el agua.
Así como nos enternecemos cuando vemos a otros bebés, aun si nos son totalmente ajenos, de igual manera nos toca ser solidarias entre nosotras para lograr el cambio que requiere con urgencia nuestro mundo. Del mismo modo como somos creativas para encontrar soluciones a diversos problemas, de la misma manera debemos abrazar la sabiduría femenina para abrazar a nuestro frágil y pequeño mundo. Es hora de pensar como mujeres y mamás para cambiar el pensamiento negativo y traer esperanza de un mañana mejor.
Escrito por: María Barcelona