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Ser mujer

sermujerEscrito por: Kristell Álvarez Solórzano

P

or casualidad me encontré con una frase de la famosa novelista y feminista francesa Simone de Beauvoir: No se nace mujer, se llega a serlo. Estas palabras hicieron un gran eco en mi cabeza y me hicieron reflexionar sobre mi condición de ser mujer.

Lo primero que pensé fue que como no voy a nacer mujer, si mi partida de nacimiento lo dice, si mi cuerpo trae todos los elementos fundamentales de la esencia femenina, si cada mes sufro las consecuencias de haber sido formada por el cromosoma X, si las hormonas controlan mis emociones, si traigo integrado el gen de la inconformidad y de la queja… ¡Claro que soy mujer!, con todo respeto para está gran escritora, ¿Quién diablos se cree para dudar de que naci mujer?
Sin embargo, después de sacar todas las características que, según yo, me hacían haber nacido mujer, me puse a analizar más a fondo el contexto de la frase y caí en cuenta a que se refería con su expresión: Nacemos con un cuerpo físicamente definido como sexo femenino, pero ser mujer es otro boleto.
Para llegar a ser mujer, una de a de veras, una mujer en toda la extensión de la palabra, se necesita recorrer mucho camino, debemos crecer como ser humano, como profesionista, como amiga, como hija, como madre, como hermana, como esposa… y lo principal no dejar que ninguno de estos roles se apodere de nuestra personalidad.
Una verdadera mujer es quien se ama con locura sin ser egoísta, quien mantiene la frente en alto ante cualquier situación sin ser orgullosa, quien no se quiebra ante la adversidad y el dolor sin ser por eso fría e insensible, quien da su apoyo incondicional a sus seres queridos sin compadecerseUna verdadera mujer es una mujer divina que ama, baila, sueña, ríe, disfruta y vive intensamente de ellos, quien llora cuando se siente herida sin ser débil, quien disfruta de la vida sin ser irresponsable, quien sigue sus sueños sin despegar los pies del suelo, quien da todo y más por un hijo sin olvidarse de ella, quien sabe ser una amiga incondicional sin dejar que se aprovechen, quien sabe amar a un solo hombre sin dejar que la maltraten…
Una verdadera mujer difícilmente caerá en las garras de un hombre que no la valore, que no la ame y que no sepa hacerla feliz, y si por error entra uno a su vida, sabrá dejarlo ir a tiempo y seguir su camino. No se quiebra ni se rompe si es abandonada, al contrario, sabe que si se fue es porque no la amaba de verdad y no vale la pena mantener a alguien así a su lado. Ella no sabe de chantajes, ni de reclamos, está perfectamente consiente de que quien está con ella es por que quiere estarlo.
Una verdadera mujer confía en quienes la rodean, y si llega a ser traicionada no se convierte en un ser inseguro que desconfía del mundo entero, simplemente se aleja del traidor y sigue su camino, sabe que no todos son iguales, es solo que algunos salen defectuosos.
Una verdadera mujer tiene plena conciencia de que ella es la única responsable de su vida y su felicidad. Sabe reconocer cuando comete un error y tiene la humildad para pedir perdón, a como también tiene la capacidad de perdonar.
Cuando algo no anda bien y sabe que es por su culpa, lo acepta, lo afronta y lo resuelve… y cuando el destino se empeña en mostrarle su peor cara, ella simplemente le sonríe porque sabe que no hay mal que dure cien años y al final de cuentas las cosas siempre pasan y el tiempo acomoda todo en su exacto lugar.
Una verdadera mujer es una mujer divina que ama, baila, sueña, ríe, disfruta y vive intensamente.

Escrito por: Kristell Álvarez Solórzano

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